miércoles, 28 de noviembre de 2012

El futbol y el trabajo

Ahora que tenemos la Liga, y los Panties, me ha venido una pregunta a la mente: ¿Os habéis parado a pensar alguna vez la de cosas raras que tiene el fútbol? Yo sí, porque pensar y andar a la vez a veces me cuesta. Al final se llegan a conclusiones bastante curiosas y te cuestionas relacionarlo con ciertas situaciones habituales de la vida cotidiana. Es decir, ¿es el fútbol un trabajo normal? ¿Se puede decir que van al trabajo? Es como un actor porno: “No, yo es que cuando hago una escena es mi trabajo, ¿sabes? Yo no disfruto”. Ya claro. Lo mismo que disfruta al ir a su trabajo un camarero de cualquier bar. “¡Pero si ven el fútbol y les pagan!” Sí, será eso, los camareros también disfrutan. La mayoría de la gente piensa que los futbolistas son unos vagos y unos mercenarios porque van de un equipo a otro por dinero. Seguro que no dicen lo mismo de una persona que se cambia de la SEAT a la Renault porque le pagan más. “Será el tío chaquetero, ¡vendido! ¡Que eres un vendido! Por unos míseros euros dejas la empresa de tu vida… ¡Vergüenza te debería de dar!”. Además, son los primeros en reirle la gracia a alguien que dice: “En mi trabajo sí que me lo monto bien, yo me tiro todo el día delante del pc, sin hacer nada, jugando al buscaminas y mirando blogs y me gano el dinero, esto es vida”. Pero si un futbolista no entrena les jode. ¿Por qué? Misterios de la vida. Lo más curioso de todo es que los futbolistas no son unos vagos. En serio. Que sí, que lo digo en serio. Si sólo hay que ver sus ruedas de prensa. Poneros en situación, estáis en vuestro trabajo y un día os dice vuestro jefe: “Oye mira, este fin de semana no vengas a trabajar, te doy libre”. Y vosotros: “¡¡No!! ¡¡Yo quiero trabajar, sudar la camisa de esta empresa!!“ Y tu jefe: “¡Pero si te pago igual so animal!” Y tú: “¿Por qué Bermúdez sí y yo no eeehhh?” Total, un follón. ¿Os lo imagináis? Pues eso pasa en el fútbol, un día no te convocan para jugar y se arma un cirio de cagarse. ¡Pero si cobra igual y no trabaja! Para que luego digan que son vagos. Menos Kaka, que nunca lo he visto quejarse. Un tío con suerte, juega cuatro partidos al año y se lleva la millonada calentita. Ole ahí. Y es que cobran una pasta, y eso es lo que le jode a la gente. La envidia es muy mala, todo el mundo querría cobrar un pastón por hacer lo que te gusta. Pero en la vida real la cosa a veces no va así, hay empresarios que creen que porque un trabajo te guste te pueden pagar poco. “Total, si estás haciendo lo que te gusta, ¿qué más quieres chaval? Peor sería que fueses probador de chalecos antibalas de ganchillo, ¿no?” Sí, muchos empresarios dicen que pagan poco a los informáticos, porque total, son todos unos frikis que lo hacen por gusto. Lo que no saben es que también le harían un batido tropical con los globos oculares con un gustazo enorme. ¡Y gratis! Así que los futbolistas viven la vida padre, por esa razón no pueden ser comparables a trabajos normales. No se puede. No pueden decir que trabajan como cualquier otra persona, lo que pasa es que queda mal que ellos lo digan y dicen que es un trabajo normal. Pero hay más pruebas. Vosotros imaginaros otra situación, que os contrata la empresa Danone. ¿Haría una rueda de prensa con vosotros con una camiseta de Petit Suisse y el número 10 a la espalda? ¿Diríais que desde pequeñito siempre habíais querido ir a la Danone? “Sí, la ilusión de mi vida fue siempre trabajar en la Danone, a mí la Yoplait siempre me parecía peor, y lo voy a dar todo por los colores de esta empresa“. ¿Quién se creería esto? Pues va un tío finlandés, que nunca dirías que juegan al fútbol allí, y dice al llegar al, yo que sé, Racing de Santander, que la ilusión de su vida siempre ha sido jugar en El Sardinero. ¡Y la gente se lo traga! ¿Vosotros os imagináis que un trabajo normal fuese como el fútbol siempre? Sería la pera. Yo me imagino al reponedor saliendo del súper y en la puerta una horda de fans gritándole: “¡Bravo! ¡Qué bien pusiste la Coca-cola! Madre mía, eso es regatear y lo demás es cuento” Y pidiéndole autógrafos, echándole fotos y con grupis quinceañeras deseando que las desvirguen. También os encontraríais con los periodistas a la salida de vuestra oficina. “¿Qué? La fotocopia te ha salido algo oscura esta vez eh. Tienes que entrenar más”. Y el tío: “Sí, bueno, ¿no? La fotocopiadora es así, ¿no? Unas veces se gana y otras veces se pierde“. Para que luego digan los futbolistas que lo que hacen es un trabajo. Eso ni es un trabajo ni es ná, pero oye, lo bien que viven. Todo el mundo firmaría con ojos cerrados su “trabajo” y que no les convocaran los fines de semana. Conclusión: A la gente le gustaría ser Kaka.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Hay un virus

Los seres vivos tenemos una costumbre poco edificante que es la de ponernos enfermos. No podemos evitarlo. Hay bichitos por aquí y por allá que de repente se meten en nuestro cuerpo y de buenas a primeras estamos estornudando, tosiendo o cagándonos por la patabajo. Así, escrito todo junto, que queda más realista que diciendo patas abajo. Para esta última versión de síntomas de enfermedad, así como para los vómitos u otros problemas estomacales, la gente ha inventado un término para darle explicación que siempre me ha dejado atónito: “Es que hay un virus”. Y tan frescos. Hay un virus. Esta frase lo único que quiere decir es que hay un montón de gente a tu alrededor que está también convirtiendo la taza del water en un cuadro abstracto. Curiosamente, esta explicación es suficiente para tranquilizar a una persona que está enferma, haciendo buena la frase: Mal de muchos consuelo de diarreícos. Ya no hace falta ninguna argumentación científica, ni siquiera adivinar qué virus o bacteria es el que está provocando que la gente esté mala. Podría decirse que el virus se llama Hayunapasum y ganar ipsofacto el Nobel de Medicina. Lo mejor de todo es cuando por primera vez alguien te comenta esta dichosa frase mientras estás contándole que estás enfermo: “Mira, te cuento, es que estos días no he salido porque estaba con cagaleras…” “¿Sí? Es que hay un virus” “¿Un virus? ¿Dónde? ¿En el suelo? Si acabo de barrer“ “No, no, un virus así en general” “¿Pero cómo? ¿Un virus gigante? “Que no, que hay un virus genérico, que está haciendo que la gente se ponga mala”. “Aaah, osea que hay virus en mal estado. “Que no joder, un virus, ¡un virus! ¿Sabes? Como cuando hay un… eso, eso es lo que dicen. Un virus, que hay un virus así entre la gente, que se ponen malos” “Déjalo tío, si te has tomado un tripi y ves virus gigantes que hacen lavativas a la gente, me parece perfecto. Luego vamos a tu casa y te tomas una tilica y a dormir, ¿eh?”Es que no es tan fácil entenderlo a la primera. De todas formas, lo del término de hay un virus se utiliza sobre todo para no decir hay una epidemia que pulula por ahí. Es un sinónimo más amable. Aunque muchos lo dicen de una manera que piensan que les da un carácter científico: “Nada, es que hay un virus”. Y tú: “Hombre, gracias por la explicación, pensaba que las cagaleras me las había provocado un monociclo floreado, no te fastidia”. Pero es una explicación que cala, que sirve como respuesta básica cuando no sabes que decir. Como cuando te dicen “qué tal” contestar: “Nada, aquí…” Así que si os ponéis malos de la barriga y alguien en su lucidez os suelta eso de “es que hay un virus”, ya sabéis qué contestar: “Sí, y el fútbol es así”. Y tan anchos

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Me han regalado un perro

Hace ya unos años, unos amigos me preguntaron: “Oye, ¿qué quieres para tu cumpleaños?” “Dame una sorpresa” “No, no, dinos qué quieres, porque así es más fácil...” “Que no, hombre, dame una sorpresa...” “No, venga, dinos...” Digo “bueno, un perro...” pero como el que dice un ordenador, una tele, una videocámara... no, un perro ¡je! A la semana siguiente quedamos en un bar, veo una caja de cartón que se mueve... digo “no será un perro”. Coño, la abrí y era un perro... ¡un perro! Un cachorrito así, de un mes, haciéndome chantaje emocional. Miraba así... “el nunca lo haría” digo “bueno, pues yo tampoco, me lo quedo...” Total, que un perro, ¿y ahora qué hago yo con un perro? Pues corrí a la librería, claro, como suelo hacer, y me compré un libro titulado “Cómo adiestrar a su perro”. Digo “mira, este parece que va con el tema” Capítulo 1 – “Cómo hacer que el perro no orine en casa” Está bien, porque coincidía con lo primero que quería saber mi madre, también. Sí, así es que bueno, para esto hay varios métodos, y el más efectivo es el más cruel. Consiste en coger un periódico, enrollarlo, untarlo por la orina y atizarle al perro. A mí de pequeño, pues no me hubiera hecho gracia que mi padre, en vez de llevarme al orinal o cambiarme los pañales, me hubiera dado un bofetón con la mano llena de pis. Pero bueno, pues como no me quedaba otra alternativa, mi madre realmente tenía prisa, digo bueno, pues vale, pues le atizo con un periódico, correcto. ¿Con qué periódico? ¿Le meto con El País, o sea, flojito? O le arreo un hostiazo con el ABC... Pues oye, al final ni El País ni el ABC. Le metí con El Mundo, que no hacía falta untarlo en el pis para que oliera mal... Capítulo 2 - El perro tiene que aprender cuatro órdenes básicas en la vida de todo perro ¿no? que son “ven aquí”, “siéntate”, “dame la pata” y “échate”... en inglés. ¿Por qué? Porque así sólo te hace caso a ti y no entiende a nadie más, digo “muy bien... muy bien pensado, porque hoy en día prácticamente nadie sabe inglés...” Entonces ven aquí es “can”, que es perro en inglés... Luego está siéntate, “sit”, la pata, “the... the pat”, y túmbate que es “flor”, que no sé que coño tiene que ver pero es así, ¿no? Entonces, la primera pues es fácil, dejas al perro aquí, te pones tú como a cuatro metros, “¡eh!... can”. ¡Ahaha! (risita). Claro, el perrito es pequeño y ya encima le vienes con idiomas... Bueno, pues a la decimocuarta vez que le dije can, lo cogí por la pechera, lo arrastré por el parquet, vino sin ningún problema... Lo jodido fue luego que se sentara, que me diera la pata y que se echara sin darle una galleta después, porque el librito decía “no se le ocurra a usted darle galletas, no, el perro tiene que hacerlo porque sí, porque es su naturaleza de perro” Si, hombre, y tú te crees que los perros son gilipollas. El caso es que con paciencia ¿no? pues el perrito fue asimilando estos conceptos, incluso alguno más difícil que no venía en el libro, como “no te subas al sofá si mi madre está delante” y otro que le tocó aprender con la experiencia que es “si tu dueño llega a casa a las siete de la mañana mamao, tú no meas hasta las cinco de la tarde”. O sea, que tengo un perro, lo quiero mucho, porque el roce hace el cariño, pero vamos, no le saco ninguna utilidad. Bueno no, cuidado, una sí. Al cabo de un tiempo nos hemos dado cuenta de que un perro sirve básicamente para acabar los carretes de fotos. Oye, tienes un carrete, le quedan dos fotos... “joder, tengo que acabarlo” “hazle una foto al perro”... Así que tengo un perro, y quizás se pregunten a estas alturas, “Coño, ¿y por qué te lo quedaste?” Pues es que no lo sé. Ahora, eso sí, tengo una cosa muy clara. Si un día yo me hago famoso por atracar bancos, violar monjas,o salir en Telecinco, el perro me seguiría recibiendo igual de contento cada vez que llego a casa. .

Psicotecnicos

Leyendo el Extra Motor de el jueves de esta semana y más concretamente una historia en la que habla sobre los gastos del coche, vi algo que me hizo pensar sobre como nos sacan dinero con todo lo relacionado con el automovil. Y son las revisiones médicas que nos hacen al ir a sacarnos el carnet de conducir. Por si alguno de vosotros no tiene el susodicho carnet debeis saber que antes de ir a examinarte del teórico (creo que era antes del teórico aunque no me acuerdo muy bien) hay que ir a hacerte revisión médica, para saber si estás en plenas facultades para conducir. La entrevista se desarrolla de la siguiente forma: Médico: ¿Vé usted bien? Aspirante: Sí. Medico: ¿Tiene Vd.alguna enfermedad mental.? Aspirante: No. Medico: Vale. Son 50 euros. Tremendamente real. Yo cuando fuí la verdad es que flipé colores. Escuché como el de delante en la máquina de mantener el coche en la carretera (una máquina de dos joisticks que es como un videojuego antiguo) todo el rato le pitaba como que se salía, y le dieron como apto. Luego en la vista, a mi me miraron y la tengo bien, pero es que yo iba a decir la linea de las letras más pequeñas y me preguntaron las de ¡arriba del todo! ¡Si esas las ve hasta El Culon ! Y luego la revisión de enfermedades era como el chiste. ¿Fumas? No ¿Bebes? Mmmm, no. ¿Tienes alguna enfermedad mental? No. Pues entonces eres apto, pagas religiosamente y listos. Además, te firman que eres apto antes de pasar las pruebas, ya te hacen el papel como apto y luego te lo acaban de rellenar. Muy fuerte. Luego dicen que hay accidentes, ¡si seguramente conducirá gente que no tiene capacidades para ello! estas gentes le dan el certificado hasta a los de la once.

martes, 6 de noviembre de 2012

Fantasías sexuales

Una de las fantasias sexuales de muchas mujeres es hacer el amor de forma salvaje. Llegar a casa...que tu marido esta preparando la cena...(bueno, esto de por si solo ya sera una fantasia) acercarte a el por detras, arrancarle el delantal y hacerlo en la mesa de la cocina... ¿Pero os imaginais esto en la vida real? con las piernas colgando, clavandote un tenedor en la nuca, y desollandote el culo con el rallador del pan?.. Estas cosas nos pasan por intentar copiar lo que vemos en las peliculas, por ejemplo, la tipica fantasia de mezclar sexo y comida, como en "Nueve semanas y media" con las fresas, el melocoton en almibar... vamos a ver: ¿Que tiene de sexy hacer macedonia encima de tu pareja? porque el almibar tiene una caracteristica muy poco erotica, a los tres minutos se seca... y se queda como el Loctite. Claro!!! como en la pelicula cortan.... pero a ti te toca irte a la ducha.. con la cabeza pegada a la de tu mujer, con el culo en pompa y caminando hacia atras...que parecemos dos siameses... Otra fantasia muy tipica es grabarse en video, me conto un amigo que daba mucho morbo. Asi que lo probamos: es supererotico....hasta que te ves...le pones la cinta todo emocionado, y cuando ves dos cuerpos abrazados…. ¡gordos!!, te dice: Goyo, te has equivocado de cinta, eso es un combate de sumo. No cariño, somos nosotros, es que la camara engorda. ¿Que engorda? ¿Y la mesilla de noche porque no engorda? Pero la muestra mas clara de que las fantasias nunca deberian llevarse a cabo es cuando tu mujer se empeña en hacer el amor en la bañera. Aqui la fantasia es conseguir hacerlo sin romperte nada. Para empezar...muy, pero que muy erotico.... no es. El se mete, y se queda encajado en la bañera, con las rodillas en las orejas, y el periscopio intentando asomarse. Y va el cachondo y le dice: ¡Venga, metete!! Y claro, como el ha cogido el mejor sitio, a ella le toca poner el culo encima del tapon y que le da el grifo en la nuca. Y entonces empieza a moverse todo apasionado. ¡Y se monta alli una marejada...! ¡Chaf, chaf...! Aquello parece "La Tormenta Perfecta"... Lo malo es que el que esta en la bañera no es George Clooney, es el capitan Pescanova. Entonces le dices: Vamos a probar otra postura; ponte tu encima, en ese momento se sale el tapon y el desague te hace ventosa... y piensas "esta ha organizado un trio sin avisarme" Y cuando te das cuenta de que es el tapon le dices: ¡Que se sale el agua, que se sale el agua!! No te muevas, busca el tapon... ella, tanteando, agarras lo primero que encuentras... Y el grita: ¡Eso no es el taponnn joderrr!! ¿no ves que hay dos? En ese momento, ya solo se te ocurre una solucion: Cariño, ¿por que no nos vamos a la cama?...Pero a dormir ¡QUE AHORA YA ESTOY AGOTADO!!!