domingo, 22 de abril de 2012

TODO EL MUNDO VE SERIES

Curioso tema este de las series de televisión. Sí, de un tiempo a esta parte, que no sé cuanto es el tiempo ni cuanto la parte, se ha puesto de moda lo de ver series de ficción. Pero no una ni dos, sino siete u ocho series a la vez para los más osados. ¿Es posible ver todas las series a la vez sin liarte? ¿Cómo se lo hacen? Y lo que es mejor, ¿de dónde sacan el tiempo? Conozco mucha gente que ve series, yo, siendo sincero, no he visto ninguna. Desde que se puso de moda lo de “Perdidos” me dije a mí mismo, voy a intentar ver algún capítulo. Me bajé, un par de capítulos y los tuve en el disco duro durante meses. Sin tocarlos, sin mirarlos. Y es que tenía dos problemas. Uno, sacar tiempo para ver el capítulo. Pero el segundo era peor. ¿Y si me gusta y me engancho? ¿De dónde leches saco el tiempo para ver todos los capítulos de las tropecientas temporadas? Admiro profundamente a todos aquellos que a la vez que están viendo la segunda temporada de “Cuentame”, controlan la trama de “Aquí no hay quien viva”, se divierten con los “Simpson”, se saben los diálogos de memoria de “Bandoleras”, han visto la segunda temporada de “Perdidos” y han visto en primicia en capítulos subtitulados la tercera temporada de “CSI”: Y yo digo, ¡joder que estrés! ¿En serio nadie se confunde? ¿Cómo controlan tanto las series por sus números de capítulo? Que parece que me estén hablando en hexadecimal. “Voy por la 2×24 de Perdidos y la 3×12 de Cuentame”. Al final les dará por hacer multiplicaciones para hablar en clave entre ellos. Lo más curioso es que las teles colaboran a que la gente se haga fan completo de una serie y tenga que controlar qué capítulo está viendo. Tú pones un martes Cuatro, y te ponen tres capítulos de “House” seguidos de distintas temporadas a la vez. Yo, como no he visto ninguno entero no tengo problema, no he visto “House”; pero la gente que lo sigue: o bien controla el capítulo o bien ve que en una está liado el jefe y la enfermera y en la otra ya tienen nietos con barba. Y a ver quien se aclara, que los desfases entre capítulos son ya la pera. Pero lo mejor es lo del tiempo, el de las horas, con el meteorológico no hay ningún problema porque si llueve fijo que están en casa. La cuestión es que los capítulos no son cortos, aunque se los bajen del emule y no tengan anuncios los capítulos duran una hora por lo menos. Si cada temporada tiene 24 capítulos aproximadamente significa que para ver una temporada entera necesitas 24 horas. Con lo cual tenemos que si ves “Bandolera” entera necesitarías mínimo una semana larga entera para verla. Si solo ves “Bandolera” claro. ¿Pero con todas las series que ven a la vez? ¿Cómo se puede? ¿Están todos solteros? ¿Cuando se echan novio o novia los enganchan a ellos a la secta seriil? ¿Mientras fornican están viendo una operación de apendicitis en “Anatomía de Grey”? ¿Por qué la mitad de las series tienen que ser de médicos? ¿¡Qué hay de los hipocondríacos!?. Es algo que no consigo llegar a comprender así que si hay algún fan de series múltiples entre los lectores que me saque de dudas. ¿Tienen un compartimento en el cerebro para cada serie? ¿Hay vida después de “Amar en tiempos revueltos”? Dudas y más dudas.

sábado, 21 de abril de 2012

NUEVAS TECNOLOGÍA

No sé si os habréis fijado, pero en el mundo audiovisual lleva unos cuantos años de moda esto de ponerlo todo en primera persona. Esta moda empezó con los primeros juegos en 3D como Wolfenstein 3D y el más conocido Doom en los que situaron el punto de vista del jugador como si fuera él mismo el que estuviese dentro del juego… Y como si tuviera un brazo en el medio del pecho donde poner la pistola. Estos juegos fueron la revolución puesto que conseguían que te metieses en el papel del protagonista como nunca lo habías hecho, y también podían hacerte vomitar si te ponías a dar vueltas y vueltas a lo bruto por la pantalla. Aún no estábamos preparados para las 3D. Ahora en los videojuegos es lo normal. Los juegos de más éxito son los FPS, los First Person Shooter. Te ponen una pistolita en la mano y chorrocientas armas más, y ponte a disparar a gente en primera persona. Puedes ir cambiando de arma, lo que hace que la inmersión pierda un poco: ¿Qué clase de persona soy que puedo cargar en mi espalda una motosierra, dos lanzagranadas, una metralleta y un fusil de asalto? Yo porque no me he pasado ningún juego de esos, pero estoy seguro de que al final de uno de ellos el personaje aparece por fin en pantalla, agachado y con un lumbago de tres pares de cojones cagándose en su suerte. Bien, como esto en los videojuegos ha sido un éxito, los creadores audiovisuales han pensado: ¿Por qué no adaptarlos a otros medios? Y dicho y hecho. Los primeros que han adaptado con éxito esto de la primera persona son los creadores de porno en Internet. Han inventado un género llamado Point of View (POV) en los que igual que en un videojuego, sólo se ve la pistola y lo que el personaje va haciendo con ella. Esto da lugar a situaciones algo extrañas. Poneros en esta situación. Llegas a casa de un amigo, te abre la puerta y resulta que se está haciendo… Ejem, un acto amatorio a sí mismo. Lo normal que pasa todos los días si tienes a un chimpancé como amigo. “Pasa, que ahora acabo, tranquilo”. Tú lo miras con extrañeza, pero al fin y al cabo qué vas a hacer: “Espero que no te importe que no me una, no es por nada, pero sería una situación algo extraña” “Ah no no, prefiero yo solo, sin mariconeos“. Y al entrar y mirar la pantalla del PC resulta que está viendo uno de esos clips porno en primera persona. Y le preguntas: “Tío, ¿qué leches estás viendo? ¿Pero si se ve más la polla del tío que la tía? ¿No serás gay?” “No, qué va, esto son videos POV. Así te sientes identificado y parece que la tía te la está comiendo a ti”. “Pero… A ver… Una cosa, ¿cómo te vas a sentir identificado si la polla debe de medir al menos treinta centímetros? ¡Y encima es negra!“ Pero así es la vida, y tu amigo sigue con el video de marras. Y tú sales corriendo de allí porque la situación tiene de todo menos de algo normal. Se empieza así y se termina jugando al juego de la galleta. Continuando con esta moda, en el cine convencional también ha habido exponentes del paso a la primera persona y a la identificación del espectador con los personajes de la peli. Se ha usado sobre todo en thrillers o en películas de miedo. Uno de los pioneros fue el Proyecto de la Bruja de Blair. Mucho antes de que el ex-presidente de Gran Bretaña apoyara la guerra de Irak. Ahí se mostraba el miedo en primera persona, aderezado con la intención de que aquello pareciese una grabación real. Aquello quedó como una película independiente de cierto éxito comercial y unos cuantos pantalones cagados en el cine, pero hasta pasados unos años no volvió la moda. Ésta llegó de nuevo con REC y Monstruoso (Cloverfield) que pusieron al espectador en la piel de los protagonistas. Una metidos en el pellejo de un cámara de televisión en un lugar infestado de zomby la otra sintiéndonos el amigo capullo que le toca ser el cámara de un cumpleaños y al ver un monstruo dice: “Mientras corro, ¿para qué voy a apagar la cámara?”. Podría ser incluso una idea para salvar el cine mejor que lo de las gafas 3D y sus mareos. Cobras entrada en los estudios y vas y grabas tú la película. Sintiéndote uno más del casting de actores. Total, nunca se te ve por pantalla, tampoco hay que saber actuar, solo saber mirar al sitio correcto en el momento adecuado. Pero esto podría ser adaptado todavía a muchos más espectáculos audiovisuales, como por ejemplo los partidos de fútbol. Una cámara en la cabeza de Cristiano Ronaldo y podrías sentirte como él. Así podrías notar los lásers de los espectadores; lo único malo es que no veriás nada del partido, sino sólo el videomarcador en el que se puede mirar a sí mismo. Y esto podría ser un no parar. Música en primera persona… Vas a un concierto y te ponen a tocar con el grupo, incluso en los videos de los conciertos se vería todo desde la visión del guitarrista. Incluído el backstage y la llegada de las groupies, en las que se juntaría el típico dvd de conciertos con el porno POV. Y así sucesivamente hasta copar todos los temas audiovisuales que queden por tocar. Así pues, pronto nos conectaremos a Internet en primera persona, en la pantalla se verá una mano virtual que moverá un ratón virtual a la vez que nosotros. Así parecerá que estamos navegando nosotros mismos. ¿O no era así?

TIPOS DE REALITYS

Que la providencia me libre de ver algún reality actualmente. ¡Que me libre! Pero hubo una época, en los inicios del mundo granhermanil que yo, lo confieso, llegué a ver realitys. La moda, la novedad, la sorpresa, el tiempo libre, la falta de criterio… Esas cosas que pasan me hicieron ver realitys como Gran Hermano. Todo eso, quieras que no, te da un bagaje y una cultura que no tiene parangón. Sí, uno puede pensar que al fin y al cabo para un reality cogen en los castings un poco de cada casa y en general está representado algún tipo de persona que puede existir en la calle. Es decir, hacer una clasificación de tipos de personas realityseras sería poco más como clasificar el mundo. ¡Pues no! Esta clasificación versa sobre los distintos tipos de concursantes según su comportamiento. Últimamente no los veo, pero así a bote pronto mirándolos de refilón se podrían clasificar en macarras, putones y una enana. Antes había más diversidad, aunque no había enanas, y la cosa podría estar formada con estos tipos de personaje. Allá vamos. El sincero: Esta persona repite miles de veces que es auténtica de verdad y sobre todo es… Sincera. Se les llena la boca con la sinceridad, que si soy sincero por aquí, si soy sincero por allá. Pero es una excusa para decir que son los más hijos de piii. Sí, pongo el pitido porque antes lo ponían cuando iban a decir palabrotas, por lo de que no les llamaran telebasura y tal. Con un pitido ya son televisión de calidad, ¡dónde va a parar! Total, que los que se autodenominan sinceros son los que entendieron mal la palabra y se piensan que ser sincero significa decirles a todos que son imbéciles a la mínima que tiene la ocasión. El que llora: Siempre hay uno que llora. Por lo que sea. Se va la Paqui. A llorar. Le traen un famoso a la casa. A llorar. Pela una cebolla. A llorar. Le avisan que se muere su abuelo. Pide más cigarros. La tendencia a llorar de esta gente no se acaba de comprender, ¿son así en sus casas? Los propios compañeros aún no les comprenden y en la organización quieren echarlo para que no gaste más dinero en kleenex. El máximo exponente de este caso fue Bustamante en el primer Operación Triunfo. Lloraba hasta por lo más absurdo. El que se lo toma en serio: Estas personas se toman demasiado en serio el programa. Las pruebas, las afrentas de los compañeros, las nominaciones… Todo le parece importantísimo y lucha por cada logro de la casa con uñas y dientes. Se pone en plan líder, intenta que todo el mundo trabaje y cuando se da cuenta de que está rodeado de vagos que solo están ahí para pasar vacaciones pagadas esperando a que les llamen de otro programa de Telecinco para pelearse entre ellos, se deprime. Y termina siendo echado de la casa. El que canta: En todo reality hay un tío o tía que canta. Sí, en Operación Triunfo todos cantan. Pero en los demás qué. ¿Es necesario? No, no lo es. Pero siempre tiene que haber un cantante frustrado, pues bien, los cantarines de realitys donde no toca cantar dan la brasa todo el día y tienen a sus compañeros hartitos. Terminan siendo ignorados después de pedir a la organización tapones para los oídos. El que se enamora perdidamente: Algunos concursantes de reality no van allí para ganar el concurso. Ni siquiera por el dinero. Van allí a ver si mojan. Con la tontería y la convivencia al final acaban liándose unos con otros y algunos se lo toman excesivamente en serio. Y se enamoran. Perdidamente además. ¿Qué pasa luego? Pues que hacen el ridículo delante de toda España. Gritan que quién me pone la pierna encima y que se van a casar y esas cosas. Cuando pasa el tiempo y se les va el enamoramiento pasajero suelen decir: “Es que… Es que… Dentro de la casa… Todo se magnifica” Todo se magnifica. Sí, concretamente sus huevos que de tanto tiempo sin mojar están como dos sandías. El que todo el día mira a las cámaras: Muchos concursantes dicen que después de llevar unos días encerrados en la casa se les olvida que hay cámaras y ya van a sus anchas. Normalmente, los que más dicen eso son los que cuando estaban dentro más muecas hacían delante de ellas. Que si ahora me lavo los dientes haciendo el pino, que si ahora saludo a mi madre y a mi pueblo. Sobre todo al pueblo. Si hay algo importante a la hora de ganar un reality es tener a tu pueblo volcado contigo. Si eres de ciudad lo mejor es que te busques un pueblo ni muy pequeño ni muy grande y le hagas publicidad. “¡Viva La Higuerita!” Pero si tú eres de Madrid, ¿qué haces gritando La Higuerita? “Da igual, a ver si así me votan en el pueblo, que en Madrid la gente pasa”. Y así todo el santo día delante de la cámara. El fantasma y el putón: A estos los junto porque siempre acaban liándose. Uno es el típico fantasma de barrio, que va al gimnasio, está todo el día con bronceado rozando el cáncer de piel y lleva gafas de sol hasta para cagar. Es un prototipo granhermanístico muy importante y últimamente sólo hay de esos. O se transforman en fantasma nadamás entrar por la puerta. El putón también abunda actualmente. Antes se jugaba a adivinar quién sería la primera chica en salir en Interviú, ahora ya se sabe que la primera que salga, es la primera que sale en Interviú. Y así sucesivamente. A veces el putón verbenero suele ser un travesti que nadie sabe que lo es. El que hace… ESTRATEGIA: Sí, si hay una palabra tabú en los programas de reality, sobre todo en Gran Hermano, esta es la estrategia. ¡Oh! Parece mentira que un programa con tanto oligofrénico por metro cuadrado pudiera adoptar una palabra con tantas connotaciones intelectuales. Pero sí, ahí dentro hablan de estrategias. ¡Y pobre del que la haga! ¡No es sincero! ¡Está concursando! ¡Está concursando en un concurso! Será… Será… ¡Maldito concursante! Ya ves tú, quién lo diría que alguien que se mete dentro de una casa con tropecientas cámaras a compartirla con nueve o diez energúmenos más no lo hace por dinero. El desapercibido: En todo reality siempre hay uno en especial que pasa absolutamente desapercibido. Está en la casa y nadie lo ve. Siempre dura mucho dentro porque no se acuerdan a la hora de nominarlo. Cuando salen del confesionario y lo ven, se asustan y hasta se presentan. Luego salen de la casa y hasta a la Mercedes Milà se le olvida entrevistarlos. Lo bueno que tienen es que después de pasar por ahí pueden volver a su vida normal como un concursante de Saber y Ganar cualquiera. Que ya te puedes tirar siete meses en Saber y Ganar que luego no te reconoce nadie. El friki: Todos los realitys tienen un friki. Suele ser el elemento excéntrico de la casa, no tiene por qué hacer nada en especial. Allí dentro, por ejemplo, un friki podría ser un catedrático o un ingeniero aeronáutico. Saldría por ejemplo el putón y le diría: “Peo que diiice el friki ette hablando raro, lo que hace falta es que haiga más cultura” Di que sí monada. Que la haiga. Aunque otras veces el friki es de verdad una persona fuera de lo común que hace cosas inimaginables. Como leer un libro y excentricidades de ese calibre. Y esto es todo, que no es poco. La verdad es que los realitys dan para mucho, y sobre todo en nuestro país en el que tenemos récord de ediciones de Gran Hermano y de sus satélites. Es probable que me haya dejado algún tipo, pero lo que es seguro es que todos los que he mencionado aparecen en ellos. No tienen desperdicio, o tienen mucho.

viernes, 20 de abril de 2012

LOS POLÍGRAFOS

Para el que no lo sepa, no esté al día en telebasura, un polígrafo es lo que antiguamente se llamaba Máquina de la Verdad. A la que decidieron cambiar el nombre porque lo que es la verdad, la verdad… Pues no era muy de fiar. Todo empezó en un programa también de Telecinco de la época gloriosa de la cadena, es decir, cuando echaban Oliver y Benji, Humor Amarillo, Los caballeros del zodíaco y otras joyas televisivas como Las Mamachicho, VIP noche, el programa de Gil y Gil o el Ay qué calor, programa, dicho sea de paso, que nos inició a los pre-púberes en eso de ver tetas gratis en pantalla.

La Máquina de la Verdad era un programa precursor de la telebasura actual. El cual tenía un presentador, Julián Lago, que de segundo apellido se llamaba De los Cisnes, pero eso nunca se ha querido mencionar en antena debido a distintas presiones y demás temas escabrosos. Por ese programa pasó todo el famoseo del momento, era el año 1993 y ya ha llovido desde entonces. Entonces, se cogía a uno de los famosos y se le preguntaban cosas comprometidas de su historia personal, pero sólo podían contestar con un sí o un no. La máquina era booleana y no detectaba más cosas. Es decir, que el presentador o sabía algo o ahí no había manera de sacar una verdad más que la que le diera la gana de decir al famoso.

Yo recuerdo como el presentador, con cara seria preguntaba: “Estas preguntas son sólo para ver el buen funcionamiento de la máquina: ¿Te llamas Carmen Sevilla? Sí ¿Estás en este programa? Sí ¿Te lavas los piés con jabón Lagarto? ¿¡Qué tipo de preguntas son estas!? No se haga la longuis” La cosa no tenía más, aparecía un hombre con gesto serio que era el experto en máquinas de la verdad, que debe de ser un título propio de la Complutense. Las asignaturas deben de ser: Historia del cotilleo, historia de las máquinas de la verdad, tema 1: Instrumentos de tortura medieval, aprender a leer lineas parriba-pabajo, como no confundir con un terremoto, etcétera. Porque yo realmente no sé si las máquinas de la verdad son instrumentos para ver si miente o no el personaje o para saber si hay un terremoto en Sumatra.
La versión actual no difiere mucho de la antigua. Es decir, en catorce años no ha evolucionado mucho el mercado de máquinas de la verdad. Ahora sigue igual, un boli rojo dando saltos para arriba y para abajo mientras el friki dice cuatro tonterías. “¿Es verdad que te dejó embarazada después de darle tu número de teléfono al que fue tu ex-marido que viste en una fiesta en Madrid el año 97 y que luego lo viste en el 2003?” “Sí”. Y el público: “Oooooh” Además, me resulta muy curioso como les hacen preguntas sobre días y horas concretas en un momento de su vida. Es decir, a mí me preguntan qué hice yo el sábado 2 a las 00.43 de la noche evidentemente no me acuerdo. Y más estos famosos que van todo el día puestos. ¿Cómo van a decir la verdad? ¡Si es imposible acordarse!

Lo más gracioso son los presentadores que ponen un gesto serio y trascendental cuando son capaces de decir sin pestañear si realmente Terelu le hizo una mamada en plena noche a Pipi en mitad de una famosa discoteca de Madrid. Porque siempre son famosas discotecas de Madrid. Como si a la gente de a pié le importara si le hizo una mamada o le reventó un vibrador en la cabeza. Qué más nos da. Mis padres que tienen la tele puesta a casi todas horas, lo tienen puesto de vez en cuando, lo mejor de todo es cuando paso por delante de la tele y pregunto: “¿Esa quien es?” “Pues es la prima de la hermana del que estuvo liado con Begoña Alonso“ Y yo: “¿Y quien cojones es Begoña Alonso?” “La que estuvo saliendo con Bustamante” Y yo: ¡Ahi vá! Gente interesante en el polígrafo, llevando a la prima de la hermana de un ex-novio de la ex-novia de Bustamante. Esto es una exageración, pero por ahí van los tiros.

Lo curioso sería adaptar esto del polígrafo a la vida real. Lo podrían anunciar en la teletienda: “¡Compre su mini-polígrafo portátil, ¡no dude en preguntar a sus vecinos si han sido ellos los que han dejado la basura en el portal! ¡Con minipoligrafys ultraplus total todo será verdad allá donde vaya! ¡No dude más y llame AHORA al 9021353238! De regalo un fabuloso pin de su equipo preferido”

De esta manera sabríamos por fin quién no ha tirado de la cadena del wáter, si tu novia te ha puesto los cuernos o si de verdad tu amigo ligó el sábado. Ya no habrá más mentiras en la sociedad, el mundo dejará de estar plagado de mentiras… Porque hablando del mundo, ya que la gente se cree que es tan fiable el polígrafo ¿por qué no lo usan en el juicio de Urdangarin? ¿para preguntar, la infanta estaba en el ajo? Joe, llegan a usar el polígrafo con Saddam y ahora mismo el hombre estaría vivo y no hubieran ido a la guerra. “¿Tiene usted armas de destrucción masiva?” “No” “El polígrafo dice que…” Silencio de tensión. Música de tensión. Saddam con subida de tensión… “¡Dice la verdad!” Y leches una guerra menos.

Pero como todos sabemos, la máquina de la verdad, o el polígrafo, no son ni 100% fiables ni el 50% diría yo. Es un instrumento más para preguntar como el que no quiere la cosa las preguntas más escabrosas que se les ocurran a los guionistas y presentadores de programas de telebasura. Ahora, Telecinco lo quita. Y encima le pide a Antena 3 que haga lo propio ya que estos también se sumaron a jugar con el polígrafo. El caso es que las cadenas generalistas ya no pueden caer más bajo y la televisión da asco. Con internet… ¿Alguien sigue viendo la tele? Yo creo que cada vez menos

¿SABE QUIEN SOY YO?

En nuestro país existe una variedad de personajillos de los llamados VIP, que cuando tienen el mas minimo contratiempo utilizan esa famosa frase de “SABE VD. QUIEN SOY” para acojonar.

No hace mucho, tuve ocasión de estar presente en un hecho que lo
demuestra, una empleada de atención al cliente de una aerolínea española, a la cual le tendrían que haber dado un premio por su gracia y salero al atender a un cliente, que probablemente tendría que haber viajado en la bodega con el equipaje, los hechos sucedieron asi:

Barajas, un abarrotado vuelo de fue cancelado cuando el avión 767 de la compañía fue retirado por cuestiones de seguridad.
Solo una empleada de atención al cliente estaba intentado encontrar vuelos alternativos para todos los pasajeros.
De repente, un pasajero muy cabreado se salto la cola para ponerse delante del mostrador. Con un golpe deposito su billete en el mostrador y dijo: “Tengo que salir en el primer vuelo, y tengo que ir en Primera”, me esperan en Barcelona esta noche en el programa de televisión de Buenafuente.
La empleada le contesto:
“Lo siento mucho, señor. Estaré encantada de ayudarle, pero antes tengo que ayudar a estos pasajeros, que estaban antes que usted, pero estoy segura que lo solucionaremos”
El pasajero todavía mas cabreado le grito:
“Sabe usted quién soy?”
La empleada, sin pensárselo, cogió el micrófono de megafonía y anunció:
“Atención por favor”, su voz se escuchó por toda la terminal:
“Tenemos un pasajero en el mostrador número 14 que no sabe quién es. Si alguien lo sabe, y puede ayudarle, por favor preséntense en el mostrador 14″
Todos los otros pasajeros detrás de él se partían de la risa.
El pasajero borde miró a la empleada y le dijo:? “Anda y que te jodan”
A lo que ella le contesto: “Lo siento señor, pero para eso también tiene que hacer cola”
Si te ha parecido interesante, compártelo.
Por cierto, ¿tu sabes quien soy yo?

COMPRO ORO

Hace cierto tiempo escribí un pequeño post que se llamaba “El nuevo local”. En él, aprovechando un comportamiento típico de la gente, venía a decir que proliferaban como setas en el otoño miles de locales de compra-venta de pisos. Era la época de mayor auge de la burbuja inmobiliaria en la que te ofrecían comprar un piso hasta reuniendo cupones de las cajas de cereales.
Pero la economía gusta de buscar nuevas burbujas con las que entretenerse. Por eso ahora abundan por nuestras calles las magníficas tiendas de COMPRO ORO. En mayúsculas. Que se vea bien.

Porque todas se llaman igual. No hay ningún cartelero imaginativo como los que ponen los nombres a los bares y sacan cosas como el “Café Lación” o el “Bar Bitúrico”. No hay ninguna tienda de estas que se llamen “Oro Parece Plata No Es” ni “Oro del que cagó el moro”. Nada de eso aparece por ahí. Los dueños de estos locales usan el nombre descriptivo y fácil de recordar: COMPRO ORO. Y punto. Para qué más. Bueno, sí. Algo más sí que ponen.

Ponen un enorme cartel de letras gigantes en la que sin ningún tipo de dudas puedes deducir que en esa tienda compran oro. Incluso para personas poco perspicaces. Por si alguno pudiera pensar: “¿Y si le vendo mi bandeja de plata?” No. Está claro. No puede nadie confundirse, allí se compra oro. ¿Bronce? No, tampoco. O-R-O. Pero eso sí, debajo, en un cartelito un poco más pequeño se comenta: “Somos discretos“. Discretos dice, el cachondo. Como tengan el mismo sentido de discreción que de buen precio no van a ir a venderle ni un mísero diente de oro.

¿Está volviendo, pues, la fiebre del oro? ¿Veremos dentro de poco a gente en la Gola escanciando agua para encontrar pepitas? ¿Está todo el mundo empeñando sus alianzas de boda? ¿Veremos un día hasta al Papa entrando en una tienda de estas para vender algunas cosicas de El Vaticano? Pues no se sabe. Pero lo que sí que parece es que se está convirtiendo en la nueva burbuja especulativa. De ahí que proliferen las tiendas, la compra-venta y el precio del oro esté subiendo como la espuma. ¡Compra, compra! ¡Que siempre sube! ¿Os suena?

¿Pero quién tiene oro en su casa? La mayoría del oro que se puede vender está en joyas. A no ser que seas un ricachón de estos que se hizo un water de oro para que las moscas comieran mierda pura de 24 kilates. O tengas lingotes en casa. ¿Quién no tiene alguno? Es la oportunidad por fin de darle salida a esos lingotes que tenemos adornaban la estantería y no paran de acumular polvo.

Eso sí, hay gente que se busca aún más la vida y por la playa se pueden ver esas personas que van con el detector de metales. Con esos cascos, esas antenas y esos palos largos parecen marcianos perdidos en la arena buscando vestigios de la raza humana. De todas formas, yo no sé cuanto cuesta el aparatito de marras, ¿de verdad es más caro lo que encuentran por la arena que el propio artilugio?

En definitiva, tenemos una nueva moda económica en ciernes que consiste en un valor seguro en épocas de crisis: el oro. Las tiendas de COMPRO ORO se reproducen rápidamente cerrando a su paso las de inmobiliarias. Al menos, eso sí, si se crea una nueva burbuja económica, no será con un bien de primera necesidad. Ya es un paso.
Yo la semana pasada lleve el reloj del abuelo.