sábado, 29 de diciembre de 2012

Lo que leemos


Hemos leido recientemente que, según un estudio, “el 25% de los directivos tiene trastornos de personalidad”…. ¿sólo?… menos mal que en empresas como Bankinter les hacen rotar cada cinco años para que no se vuelvan locos; les dicen: “venga chaval…. que ya has trincao tu parte de pasta y del culo de las tías buenas de la oficina”… que rule el siguiente”. ¿no?
Decían que era Marta la que tenía un marcapasos. Sin embargo no creo que pudiera ser pirateado por los frikis del momento. Porque leemos con cierto tic, tac en el corazón que los marcapasos modernos pueden ser “hackeados”… es decir, que a partir de ahora te pueden dejar el “corazón partío… lleno de virus… desvalijao de latidos”… y quizá te mueras y todo. Va a ser cuestión de ponerse un antivirus, cambiar la contraseña, poner controles en la aorta y una alambrada en tu corazón… dios…. eso suena a canción póstuma de la Jurado.
Ni crisis económica ni hostias… hace dos semanas tembló el mundo cuando la gente de Aragón, Cataluña y Valencia se quedaron sin poder acceder al Messenger; en total unos diezl mil usuarios que hicieron que se agotaran las cuchillas de afeitar, el agua templada y las bañeras de quienes les quepa una en su minipiso. Menos mal que la sangre no llegó al río… seco en cualquier caso después de un invierno de chiste. No obstante, algunos han tenido secuelas al intentar imitar los iconos del susodicho programa de mensajería con su propio cuerpo. Ya venden hasta un diccionario “español – iconos de los huevos” “iconos de los huevos – español”. Que me aspen… colorado.
Colorado me quedo cuando leo que dos de las medidas de apertura en Cuba (tú sabes mi amol!!)… es que los habitantes de la isla (bonita, pero vieja de cojones)… es que a partir de ahora podrán tener teléfonos móviles y alojarse en hoteles. Y digo yo… no sería mejor que comenzaran a comer tres veces al día… e incluso poder hablar libremente. Reflexiones.
“Un niño celíaco comulgará con una hostia a su medida”. Bien… nos parece de puta madre… añade el titular “las obleas, traidas desde Alemania, serán de almidón de trigo”… Esto ya nos jode. O sea… que los alemanes son la hostia (never better said) en tecnología, limpiezas étnicas y ahora también fabricando obleas???…. amos no me jodas. Dentro de poco comenzaremos a importar tortillas de patata hechas en Kuala Lumpur… por aquello de reducir costes.
Una empresa llamada “Sécrétions Magnifiques” (secreciones magníficas) se ha sacado de la manga… o de cualquier otro sitio… nuevos perfumes con los siguientes olores: sangre, sudor, saliva y semen… tic, tac… es en serio; se venden a través de la web www.harveynichols.com. Una vez vencida la incredulidad imaginamos que tiene que ser impactante llegar a una cita con una “O de tualet” con sabor a semen… como para allanar el camino. no?… y qué decir de perfumar tu cuerpo con olor a saliva… lo mismo te llevas un par de hostias porque tu pareja se piensa que la engañas con otro/a; alega que es del bote de perfume de 100 ml… verás qué risa. En cualquier caso, el cupo de gilipolleces sigue abierto… hagan sus apuestas.
Para terminar os traemos una noticia de altura… resulta que ahora te puedes hacer un implante justo debajo de tu cuero cabelludo… vamos… en las cercanías de tu cerebro… que se compone de silicona y que te sirve para ganar unos centímetros; dicen que unos cinco a
aproximadamente… a 10.000€ cada uno… este último dato no es aproximado… es contante y sonante.… si bien en este caso la próxima vez que remates de cabeza en un partido con los colegas esperemos que no se te vaya el implante a tomar… unas cañas.

viernes, 28 de diciembre de 2012

El mensaje de Rey


Parece ser que este año el mensaje navideño del Rey de España ha sido el menos visto de las últimas navidades. ¡Con lo fácil que lo tenían que cambiabas de canal y salía en todas! Pusieras la cadena que pusieras aparecía el Rey dando su opinión sobre la situación de la España actual. Pero este año hay más TDT‘s que nunca instaladas en las casas y la gente antes de ver a un tío soso soltando vaguedades prefería ver a otra cosa.
Es evidente, el Rey pretende que estemos atentos a su mensaje acaparando todos los medios. ¿Cuánto sería el share si se emitiera en una sola cadena? ¡A ver cómo compite su majestad contra Tu cara me suena, Bandolera, Wyoming a la vez! ¡A ver si hay lo que hay que tener! Pero no lo hay. El mensaje navideño del Rey se emite en todas las cadenas a la vez y la gente mientras tanto pasa de todo y no escucha ni una palabra. Total, para lo que dice.
Su mensaje está siempre escrito por los consejeros del gobierno de turno y el hombre dice lo que le ponen por ahí. Un día ponen a José Luís Moreno metiéndole la mano por detrás, de la chaqueta se sobreentiende, y nadie notaría la diferencia. No porque no lo escuchen, sino porque, total, dice lo que le escriben, así que da igual si habla él o un ventrilocuo: el resultado es el mismo.
El problema está en que los que escriben el discurso no son unos grandes maestros precisamente. El discurso está lleno de vaguedades y frases hechas que no sirven para nada. Que contraten al tío que hace los discursos de Obama. Aunque no me veo al Rey hablando en inglés: “It fills mde of pdroud and sdadisfactdion, ydes wde can!” Sería todo un puntazo, eso sí.
Como decía, el discurso está lleno de obviedades absurdas que no dicen nada. Yo lo estuve escuchando durante un ratito y oía palabras sueltas: Diálogo, unidad, paro, democracia y la paz en el mundo. Un día habría que poner el mensaje del Rey al lado de un discurso de una candidata a Miss España y buscar las diferencias. Nos sorprenderíamos de las similitudes.
Una de las frases que se han hecho más famosas del mensaje de este año fue la de “no hay recetas mágicas para la crisis”. Acabáramos. Ha descubierto América. Lo curioso es que no hayan aprovechado para demostrar la campechanía del jefe de Estado y hayan colado en la misma frase: “No hay recetas mágicas para la crisis, pero para receta mágica la de mi cocinera, ¡que hace unas croquetas de cagarse!” Una lástima.
Lo mejor de todo es la reacción de la gente ante ese discurso. Dicen que ha sido menos visto que los últimos años. Pero, ¿la gente que lo tenía puesto lo escuchaba? ¿Qué hacían mientras el Rey se esforzaba en leer el teleprompter? Pues bien, a esas horas la gente lo que está haciendo es poner la mesa, preparar la cena y discutir con los cuñados. Así que aparte de los periodistas y cuatro gatos más, nadie escuchaba lo que decía.
Así pues, la gente miraba la tele y cada uno se lo tomaba como le daba la gana. Siempre hay algún niño pequeño que pregunta: “Mamá, ¿ese señor quien es?” “El Rey, hijo” “¿Y por qué no lleva corona?” “Pues, pues… Pues porque no se lleva” ¿Os imagináis que el Rey llevara corona de verdad? Me lo imagino apareciendo en la tele y toda España haciendo: “Pppfffff” Otros seguramente bajarían el volumen de la tele y se pondrían a doblar al Rey, en toda casa que se precie hay algún imitador amateur de Juan Carlos I. Y allí que se pondrían: “Me dllena de odgudllo y sadisfacdión” En cada casa se exagera la dislexia del Rey de forma más bruta o menos dependiendo de la simpatía que les produzca.
También están los que gritan silencio y se levantan al oir el himno. “¡Todos en pie compatriotas míos!” Y se ponen la mano en el pecho y cantan el lololo del himno a mandíbula batiente. Al finalizar gritan: “¡Viva el Rey!” Y se oyen los grillos. “Ya está el abuelo otra vez con sus cosas” cuchichean los nietos. Y nunca pueden faltar los comentarios marujiles de la casa con las madres comentando lo mayor que está el Rey o lo bien que se mantiene para su edad. “Pues yo le echaba un polvo” Siempre hay una tía salida en todas las familias.
Así, mientras su majestad se esfuerza en soltar su discurso navideño, las familias cada día le hacen menos caso. Deberían empezar a buscar propuestas para mejorar la audiencia y la atención del Rey. A lo mejor con una corona en la cabeza…

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Las cenas de navidad


Ya están aquí. Las agendas se llenan de cenas de Navidad con los amigos, con los compañeros de trabajo, con los ex compañeros de trabajo, con los primos, con tu asociación de ex amantes… con todo el mundo.
Y aquí llega mi habitual mosqueo de fin de año con el sector hostelero. Les cuento mis dudas y tal vez alguien del sector me lo pueda explicar.
Si un restaurante que cobra 10€ por un menú del día muy decente y los fines de semana digamos que por 20€ te da de comer muy aceptablemente ¿porqué quiere cobrarte 35€ por una cena en la que te vas cabreado y con hambre? Yo pensaba que lo normal es mejorar el precio para grandes cantidades de comensales y no encarecerlo. El mensaje que mandan es “Gracias por llenarme el local con gente que va a tomar un menú preestablecido y que por tanto me resulta mucho más cómodo y previsible preparar, además de poder optimizar mis costes. Para agradecértelo te lo cobro al doble de lo habitual y te invito a un chupito y un café”.
Los menús se parecen extraordinariamente a los de todos los días pero plagados de literatura que alimenta la imaginación pero nada más. Todo se llena de coulís de frutos rojos, lechos de cebolla caramelizada, espumas de increíbles aromas, crujientes de cosas que no deberían serlo, aderezos de reducciones y vinagres balsámicos de Pedro Ximenez. Aunque lo que de verdad se reduce es la cantidad. Y esto me lleva a la siguiente pregunta:
¿Porqué si pago mis 35€ por una cena, la tengo que compartir mi primer plato con tres personas más? No falla. Si en el menú dan varios primeros, vete afilando el cuchillo, pero para clavárselo al de al lado si se quiere apropiar de tu croqueta. La ensalada Frise con Granada y Ahumados debe ser repartido cuidadosamente, el Rabo de Toro con pate de tuétano y patata rota, suena muy bien, pero cuando lo vez te quedan dudas de que rabo se trata. Supongo que el jamón de saltamontes será la próxima delicatessen en dosis homeopáticas que nos ofrecerán en el menú. Y a los postres tres cuartos de lo mismo, Galleta de manzana, si, como suena una galleta o mejor dicho, un cuarto de galleta con dibujito de salsa xocolata que desatan miradas de suspicacia entre los comensales. ¿Será la ración de uno? ¿Tocamos a una galleta por barba? ¿Alguien no quiere la suya? ¿Podré lamer el plato al final? La salsa tiene muy buena pinta.
Otra cosa que saca lo peor de mí es cuando no has terminado tu triste galleta y aparece un camarero que empieza a retirar cosas de la mesa para poner los cafés. La tensión se masca. ¡Alguien se ha comido un trozo de mi turrón! Empieza el dilema de “mataría por comérmelo pero mi educación en un colegio de pago hará que un gañan se lo papee sin pudor”.
Y el siempre sonrojante ritual de recoger el dinero de los treinta comensales que ¡oh, sorpresa! recae como siempre entre grandes risas en Mere. Oye que fulano se ha tenido que ir y no sé a quién le ha dejado el dinero, que hay tres que quieren pagar con tarjeta. ¡Dios! ¿porqué me bebería cuatro copas de vino? Bueno sí, porque tenía hambre. Ahora tengo hambre, dolor de cabeza y 35€ menos.
No me hagan mucho caso. En una hora me voy a una cena con compañeros y nada de esto ocurrirá… ¿o sí?

domingo, 23 de diciembre de 2012

Cada vez empieza antes la navidad


O eso dice todo el mundo. Cada año, las tiendas empiezan a preparar antes la decoración navideña. Por alguna razón que todavía no se logra comprender, más de un mes antes de que llegue la Navidad están colocando sus lucecitas, sus guirnaldas y esas fantásticas odas a la horterada como son los muñecos y otros entes de nieve en polvo pegados a los cristales. Por eso a Pocholo no le dejan ir de tiendas en Navidades. En cuanto ve esos dibujitos se piensa que es otra cosa y deja guapo el escaparate. El caso es que cuando la gente ve eso, cada año, como si de otra tradición se tratase dicen: “Hay que ver, cada año empieza antes la Navidad”.

Esa es exactamente la frase que marca el comienzo de la Navidad. ¿Pero es cierto eso? ¿Cada año empieza antes la Navidad? ¿Cómo denotamos ese antes? ¿Unas horas? ¿Un día? ¿Una semana? Porque todo el mundo dice que empieza antes, pero nunca nadie dice cuánto antes. Podrían decir: “Este año empieza la Navidad una semana antes”, “El año pasado empezó un día más tarde” o “Este año no hace frío, se acaba el mundo”. Bueno, hay algunos como Raphel que lo dice y la caga.

Si todo esto fuera verdad, que la Navidad empieza antes; con el tiempo que llevamos diciéndolo, hace años que la Navidad habría empezado en agosto. Ya no llevaríamos sombrilla y granizados a la playa, sino gorrito de Papá Noel y turrones. Los Reyes Magos no vendrían en carrozas ni en camellos; sino en cruceros de guiris, cantando la Bamba y en tanga de leopardo. Y Papá Noel seguiría vestido igual, pero para así usar el método de sudar para adelgazar. La Navidad nunca sería lo mismo empezando tan pronto, por lo menos en el hemisferio norte. Por primera vez en el hemisferio sur podrían vivir una Navidad con nieve.

Pero al fin y al cabo todo esto da igual. Por mucho que digan que la Navidad empieza antes, en realidad empieza el mismo día de siempre. Es decir, nadie ha cambiado el 25 de diciembre. Lo dicho, nadie lo ha cambiado. Está ahí, inamovible. ¿Entonces el comienzo de la Navidad lo marca la decoración de las tiendas? ¿Y la de los pueblos también? ¿O es el Corte Inglés quien decide? ¿Hay alguien en la calle, pregonero mayor, que de repente sale con un megáfono de la tómbola y grita: “¡¡Cada año empieza antes la Navidad!!” y se abre la veda?

La verdad es que nada de esto se sabe. Pero todos, absolutamente todos, hemos dicho esta frase en algún momento de nuestra vida mientras miramos los adornos. Como un resorte inevitable. Pero, ¿por qué tanta prisa en empezar a colocar la decoración? ¿Piensan que se nos va a olvidar? Con lo que nos gusta a nosotros una fiesta, ¡esas cosas no se nos pasan! ¿O es que les gusta tanto la decoración navideña que si por ellos fuera no quitaban los adornos nunca? Ya puestos… ¿O será que en Navidad compramos de forma impulsiva y pretenden ampliar ese plazo unos meses antes para que seamos impulsivos el máximo de tiempo posible? Quién sabe.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Futuro en 3D


Si digo que el 3D está de moda no os voy a descubrir nada nuevo. La frase es: el 3D es… Oooh… Redoble de tambores… ¡El futuro! ¿El futuro de qué? Pues no lo sé. Es el futuro, así a secas. Lo dice la gente, será que es verdad. El 3D con gafas y tal no es nada nuevo, es más, salas como el IMAX llevan muchos años con ello sin armar ruido y con una calidad superior a las salas de cine normales, pero… ¡El 3D es el futuro! ¿Me habéis oído? ¡El futuro!
Todo esto viene porque la película Avatar ha sido un éxito absoluto. Cuando fui a verla con unos amigos uno de ellos me comentó algo en lo que todo el mundo ha pensado cuando ha visto una peli en 3D: “¿Te imaginas que hicieran lo mismo con el porno?” ¿Quién no se ha preguntado esto viendo Avatar? Así que ese amigo me recomendó hacer un post sobre el tema y hasta hoy no había encontrado el momento. Hasta que esta noticia me ha hecho arquear una ceja y decidir hablar de ello: Tinto Brass que no es el nombre de un vino con gaseosa veraniego, pero podría está dispuesto a rodar la primera película porno en 3D. Ole ahí, toma ya.
El director de cine italiano, de 76 años, ha anunciado que de inmediato se pondría a escribir el guión de la película. “Mañana por la mañana a primera hora estará listo”  declaró en petit comité. Que yo me lo imagino escribiendo el guión y otro corrigiéndole: “Ponle más Aaahh’s” “Yo le pondría un Ooohhgh aquí en medio y quedaría la mar de bien” “Bueno, pero no te olvides de un Uuh, como me gusta” La típica discusión en un guión de peli porno. Pero lo que debemos preguntarnos seriamente es: ¿Cómo será una película porno en 3D? Pensemos.
No sé si habéis ido alguna vez al IMAX a ver una película en tres dimensiones. Depende de la sala a la que hayáis ido para ver Avatar no es en absoluto comparable. Normalmente en un IMAX estás muy cerca. Mucho. Yo fui a ver una de dinosaurios y no jugaban demasiado a darte sustos, pero las fauces de algunos se acercaban peligrosamente. Aquí me pregunto yo, qué da más miedo: ¿un Tiranosaurus Rex con la boca abierta enseñando sus colmillos acercándose a tus ojos o el rabo de Nacho Vidal apunto de descargar? La respuesta es evidente. Viendo una película de Nacho Vidal en una sala en 3D provocaría una ingente cantidad de gritos masculinos en la sala: “¡¡¡NOOOO!!!” Y todos tumbados debajo de los asientos. Ya, si quieren hacer la proyección de la peli en plan performance que lancen litros de Leche Pascual al público y ya tienen la sensación 3D elevada al máximo.
Alguno dirá, bueno, a las mujeres que vayan a ver la peli a lo mejor ver en 3D el mango de Nacho Vidal no les parecerá mal. Pero… ¿Cuántas mujeres irán a ver una peli porno en 3D? ¿Una? ¿Ninguna? Así que es probable que lo que más se vea en 3D sean pechos femeninos recauchutados en formato panorámico. Todo en primeros planos. Que parecerá la invasión de los pechos, que si la actriz se mueve mucho la gente podrá sentir las tetas como si fueran tortazos en la cara. Plas, plas. De un lado y de otro. ¿Y las penetraciones? ¿Las harán con una cámara en la punta del capullo del hombre y parecerá un documental de espeleología? “Y ahora nos introduciremos en la cueva húmeda del volcán femenino…” Sí, con estos eufemismos tan de relato erótico chusco.
En definitiva, parecen dispuestos a aplicar el 3D a todo lo audiovisual. Llegará un momento en el que no saldremos a la calle sin nuestras gafas 3D. Anuncios por la calle en 3D, camisetas con motivos en 3D, ofertas del súper en 3D, ¡hasta las personas pareceremos difuminadas cuando nos quitemos las gafas! ¡Todo en 3D! ¡Todo! La fiebre por las tres dimensiones no ha hecho más que comenzar. Y ya se sabe que cuando el porno entra en algo, entra hasta el fondo.

guia de supervivencia para torpes


Los torpes cada día lo tenemos más difícil en la sociedad moderna. Al menos yo ando cada vez más perdido. El otro día me regalaron un botecito de picadillo danés. Yo veía esos botes en los supermercados, pero como me parecían tan complicados de abrir, nunca se me pasó por la mente comprarme alguno.
Resulta que es un tubo de algo menos de medio metro que contiene picadillo, y que resulto ser algo así como jamón cocido. Trae en la parte de atrás una llave y por lo que se ve hay un mecanismo en el que debes meter la llave, le das vueltas y se abre una tapa. Hasta allí correcto. Sacas la tapa, obtienes la primara loncha, justamente la que corresponde al espacio de la tapa y aquí empiezan los problemas. Como el embutido está incrustado en el bote y sólo puede salir por la abertura que le has hecho. No puede sacarse el contenido ni de coña. Una loncha y listo. Si quieres hacerte un bocadillo con dos lonchas, debes comprarte dos botes de medio metro y así obtienes las dos lonchas que ocupan el espacio de las tapas.
Deduzco que lo llaman picadillo porque es de la única manera que consigues sacarlo. Metiendo un gancho o un cuchillo, picándolo bien y sacándolo en cachitos.
Y luego lees el envase y encuentras: By Appointment to the royal Danish Crown. O sea que son proveedores de la casa real danesa. No me imagino al rey de Dinamarca llegando de juerga a las 3 de la mañana con un gancho, intentando hacerse un bocata de picadillo.
Y luego está el tema de las sopas de sobre. A mi las sopas de sobre en las que dice que son para 4 raciones sólo me da para dos. Y no es que me ponga un plato bestial. Dos platos normales. Y los sobres de  sopas para una persona es que me tengo que echar varios para que me cunda algo. Deducción: Las sopas de sobre de cuatro raciones son para un tío y medio. Y las individuales, con dos y media completas la ración de un tío normal. Y yo me pregunto: ¿Cómo habrán hecho para saber cuál es el contenido de una ración? Habrán cogido a alguien que acababa de comer después de una boda, en la que te sirven 7 platos y el postre y luego le habrán dicho: Ahora come de esto que vamos a calcular la ración para una persona ? O igual lo hacen con niños o con gente que está a dieta. Realmente no lo entiendo muy bien. Lo que si se que cualquier cosa que venga en cantidades para 4 personas me dará para comer una vez y media. Claro que tampoco es tan raro. Yo tengo que llenar todo este cuerpo que tengo, pero al menos podrían elaborar las raciones con una media razonable. No es lo mismo lo que come una persona de 50 kilos que lo que come una de 100.
Bueno no entró en lo que entienden en Londres por la cantidad correspondiente a un Gin Tonic. Viene un tío con un dedal de esos que se usan para coser y con una minuciosidad de relojero, vierte exactamente la cantidad correspondiente a lo que cabe en el dedal. En resumen que para lo que aquí entendemos por un gin tonic te tienes que pedir uno triple o cuádruple.
Un mundo aparte es lo relacionado con los productos abre fácil. Algunos tendrían que adjuntar una enciclopedia para informarte cómo se deben abrir. Lo bueno de los bricks en los que aparece la palabra abre fácil es que sabes que necesitarás unas tijeras. O yo tengo muy mala suerte y siempre me toca el lote en el que se han olvidado del abre fácil. O compro siempre aquellos en los que el sistema de colocación del abre fácil se les averió ese día en la fábrica.
Y con las botellas de vino es que tengo la negra. A pesar del  sacacorchos  siempre tengo que abrirlas empujando el tapon con un cuchillo para dentro. Creo que en las bodegas lo deben tener ya calculado. Deben decir. A ver. ¿Por donde vive Goyo ahora? Pues este lote con el corcho difícil de abrir envíenlo al supermercado de la esquina de su casa.

Operaciones de labios


Hay un anuncio teletiéndico de las noches de la Sexta que turba mi mente antes de irme a dormir. Es el asombroso Jess Extender, un alargador de pene que básicamente va pegando tironcitos de tu glande hasta convertirte en Nacho Vidal. O algo así pretenden que creas. Siempre me han fascinado los testimonios de la Teletienda, pero los de este anuncio son aún más alucinantes. Habitualmente preguntan a alguien que está dentro de un coche, como si lo pararan por la calle para que parezca real. ¿Pero os imagináis que lo fuese? En este anuncio aparece una mujer diciendo: “A mí me gustan grandes”. No me imagino a un tío con una cámara parando a una señora en un semáforo preguntándole: “¿A usted como le gustan las pollas, señora?”
Aunque todo puede pasar. En este anuncio además nos indican que igual que las mujeres se operan los pechos o los labios, ¿por qué un hombre no se va a alargar el pene? La gran diferencia entre unos casos y otros, es que a las mujeres no les ponen un aparatito que vaya tirando del pezón hasta convertirlas en Pamela Anderson. Aunque vistas algunas operaciones estéticas de labios, parece que realmente lo que han hecho con ellas es ponerle cuatro pinzas en los labios y tirar fuerte; o bien les han pegado un puñetazo tan fuerte que las han dejado desfiguradas.
Y aquí quería llegar yo. ¿Por qué hay mujeres que deciden operarse los labios? ¿Qué canon estético pretenden alcanzar? Porque dentro de lo que cabe, a un hombre le pueden atraer unas tetas grandes, aunque sean de plastilina; sino de qué iban a triunfar las muñecas hinchables. ¿Pero unos labios gordos? ¿Qué belleza escondida hay ahí que yo no termino de ver? La mayoría de mujeres que se han operado los labios han terminado con una cara que ciertamente ya era bonita. En vez de arreglarla, la estropean. Exceptuando el caso de Yola Berrocal que seguramente ya era fea antes y total, no le venía de ahí.
Muchos estudiosos del tema como Johny Frankfurt mencionan la búsqueda del placer oral hacia sus parejas como motivo principal de estas operaciones. Así pues, estas mujeres, siguiendo los consejos de su marido aficionado a las mamadas, deciden destrozarse los labios para obtener mucha más superficie de rozamiento. Se empieza aumentándose los labios para mejorar el sexo oral y se termina pidiendo que se quiten los dientes porque le molesta el pequeño roce de los incisivos. “Cariño, ¿sabes qué estaría bien ahora? Que te pusieses dentadura postiza para quitártela en nuestros momentos placenteros“Clafo que fí, cafiño, pof fí lo que fea”
Aún así, como hombre heterosexual, no acabo de ver esa ganancia en la belleza mujeril al ampliarse considerablemente los labios. ¿Cómo debe ser un beso con una mujer operada así? ¿Qué diferencia hay entre besar a Melanie Griffith y Carmen de Mairena? Bueno, vale, no es una comparación afortunada. Pero ¿por qué leches Melanie Griffith destrozó su cara mucho antes de que lo hiciera la vejez? Hay que tener pocas luces, luego se preguntaría por qué nadie la llamaba para hacer películas. “Brad, te toca besar a Melanie Griffith en esta escena” “Nooo, ¡traiganme un perrito caliente y le besaré! ¡Pero a ella no! ¡Que me come!” Sí, porque besar a Esther Cañadas o Yola Berrocal debe ser algo parecido a besar dos salchichas juntas, ¿y cuándo le ha gustado a un hombre heterosexual besar salchichas?
La cuestión es que lejos de ser una moda pasajera de cuatro famosas dementes, las operaciones de labios están a la orden del día. Suelen producirse, además, en señoras que empiezan a tener ciertas arrugas. La mezcla es explosiva. Arrugas, tetas de silicona y labios recauchutados.
Ya nada es como antes.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Buscando novia


Me ha dejado mi novia. Dice que le he sido infiel. Ella sabrá con quien porque yo no. Me siento como aquel buen hombre que pasó 14 años en la cárcel por un asesinato que nunca cometió. Le dijeron “perdón, nos hemos equivocado”. Por lo menos el estado le dio dinero. Esta mujer no me va a dar ni la mano. Me dice: “¿Tu, inocente? Te falla la memoria.”. Allí sí que me hizo dudar. Es que hace una semanas mis amigos y yo fuimos a celebrar un cumpleaños en una granja de ovejas, y nos pusimos ciegos. No, tías no habían, pero… !Madre mía! ¿Se puede ser infiel con alguien que no sea de tu especie?
De todos modos, cuando un hombre tiene problemas con su novia, se nota mucho. Ves a un tío un miércoles andando por la calle España rebotando en zig-zag de una pared a otra. Ya sabes, seguro que tiene problemas con su novia. Y sin embargo un tío bien peinadito, con la camisa blanca, jersey de rayas, asquerosamente sobrio, andará al lado de su chica, y encima le dice enseñando al borracho: “!Que gentuza!”. Pero esto lo dice en voz alta, por dentro estará pensando: “Ay, mis juergas hasta las 7 de la mañana, estos vómitos debajo de un árbol, esta resaca de vértigo, y yo con esta tía de 100 kilos con bigote en mi cama, ¡cuanto os hecho de menos!”.
En la vida de cualquier hombre llega un momento cuando él encuentra a la mujer de su vida, o sea …una tía más lista que él. Y por mucho que le digas a tu chica que todavía no estás preparado para casarte o tener hijos, ya estás condenado sin que proceda ningún recurso. Llevas saliendo con ella tres meses, y de repente te llama y te dice: “Cariño, quieres ir esta noche a un restaurante gratis?” Le dices: “Claro que sí”. Y te remata: “Pues, iremos entonces, nos invita mi padre … y mi madre”, y las cagao macho.
O estas en tu casa tranquilamente viendo el futbol. Ella está jugueteando con su cajita de píldoras anticonceptivas, y de repente te dice: “Cariño, creo que se me olvidó tomar la pastilla la semana pasada.” Allí se acabó el futbol. Le preguntas: “¿Semana pasada? ¿Y me lo dices ahora? Si lo hubiera sabido, habría salido a buscar una píldora del  día después. ¿Y ahora qué busco? ¿Un corta venas?” Yo tengo una pregunta para los científicos. ¿Por qué no hacéis una píldora para hombres? La tomas una vez y ya no podrás embarazar a nadie hasta que cumplas unos 40 años.
Bueno, tu chica te dice esto, y tu vida se convierte en una espera. Sí, la de la fecha de su regla. La esperas como un niño espera el día de su cumpleaños, con la única diferencia que al final no quieres que te den ningún regalito. 
Claro está que la vida en pareja tiene sus complicaciones, pero cuando te dejan empiezas a sentirte algo incómodo. ¿Qué haces? Bueno, recuerdas que tienes amigos, o por lo menos los tenías. Los amigos son aquellas personas con las que solías emborracharte y reír de todos los casados. Les llamas y resulta que están más ocupados que el teléfono de la Seguridad Social: dos hijos, tres perros, una mujer, una amante… Empiezas a recordarles los tiempos aquellos, la solidaridad entre los hombres, espíritu libre, independencia y al final hacer lo que quería tus santos cojones, pero te dicen: “Mira, listillo, aplícate el cuento a ti mismo, llevas siete años sin salir”.
Salir sólo es súper triste. Así no ligas ni con putas. La única persona con la que ligué era un gay y muy borracho. Tan borracho que decía que en los días laborables no era gay.
Así que me metí en una página de contactos. En este tipo de páginas suelo demostrar mi faceta de un tío muy profundo. Digo a las chicas que internet te permite conocer primero a una persona por dentro, y luego por fuera. De esta forma conocí a una cirujana que decía lo mismo. Claro viniendo de ella, no sonaba demasiado bien, más bien acojonaba.
Otro problema de este tipo de contactos, y lo saben todos, es que el original muy a menudo no coincide con las fotos. Otro día quedé con una chica y vino una señora de unos 50 años. Al principio pensé que mi novia virtual había decidido forzar un poco los acontecimientos y presentarme directamente a su madre. Pero cuando me enteré de que esta era la persona con la que soñé tres noches,  a la que dediqué dos poesías y unos cuantos orgasmos solitarios, me puse muy triste. Encima la tía te pregunta: “No te gusto, ¿verdad?” Yo no sé como contestar a este tipo de preguntas, teniendo además en cuenta que hace dos días en mi papel de un tío profundo le dije a la chica que lo que más valoraba en esta vida era sinceridad. ¿De qué te ríes? ¿Qué le tenía que decir? ¿Qué lo que más valoraba en esta vida era un revolcón con una tía con dos tetas bien puestas? Si conoces a alguien que ha ligado con esta táctica, preséntamelo, que le quiero pedir un autógrafo.
Bueno, ¿qué le contestas a la señora esta? Le dije: “Mira, sinceramente me gustas mucho, pero debo confesar que tengo ocho hijos y cuatro mujeres en Beirut, y tener la quinta nos está prohibido.”
Un amigo mío dice que encontraré mi media naranja en un lugar menos pensado. Coño, que diga donde esta este lugar, iré directamente allí. Le es fácil hablar. Se encontró con su novia en una cola al baño, así que entre apretones les surgió un gran sentimiento. No creo que me funcione esto.
De todos modos la semana que viene me operan del apéndice. Así que mi amiga cirujana tendrá la oportunidad de conocerme bien por dentro.

martes, 18 de diciembre de 2012

Las fechas señaladas porque si


Los mensajes en cadena de las redes sociales y los móviles me dejan un poco turulato. Prácticamente siempre. Hay ciertas personas que reciben un texto explicando cualquier cosa curiosa y al momento están reenviándolo como locos sin pararse a pensar en si es cierto o no. Pongamos por ejemplo: hay mucha gente indignada porque el Whatsapp pueda ser de pago algún día. Sin embargo no he encontrado ningún caso de mensaje en cadena de gente indignada porque la Sanidad, con toda certeza y seguridad, será de pago y tendremos que pedir un crédito para ponernos enfermos. Cuestión de prioridades, supongo
Luego hay una cierta tendencia a emocionarnos con las fechas señaladas, como diría el Rey en su discurso de Navidad. Pero sin entrar en los días de fiesta, entrando en días como por ejemplo… el miércoles pasado fue doce de diciembre del dos mil doce. Dicho así, parece una chuminada, pero si elegimos bien como mostrarlo tenemos un día señalado: 12-12-12. Obviamos felizmente que el último doce es un 2012 y tenemos una fecha de la que hablar y escribir artículos, y demás hierbas. Y por qué no: mails en cadena sobre la magnitud del evento y que eso nunca pasará jamás de los jamases hasta el próximo milenio y qué afortunados somos por vivir esta época. Cuando hacer que se repita sería tan sencillo como inventarse un calendario nuevo, estamos en el momento perfecto: los mayas anuncian que la cosa se va a tomar por culo en cuestión de días. Yo contaré los días a partir del 22 como día 1 después de los Mayas. Que ya sabemos que los mayas son muy de marcar un antes y un después, como su familiar lejana Remedios cuando cantó descalza en Eurovisión.
La verdadera venganza de los mayas para el 2012 fue enviarnos a Mariano Rajoy.
A pesar de todo nos han dado mucho por saco con el doce del doce, por suerte me he creado un círculo donde estas cosas ya no me llegan con tanta facilidad. Sin ir más lejos, haciendo una búsqueda en Google, muchos daban al 12-12-12 como fecha del fin del mundo en lugar del famoso día 21. Y oigan, aquí estamos. Si es que no se ponen de acuerdo. Las fechas del apocalípsis van variando según pasa el tiempo y ya con tropecientos años a mis espaldas he vivido muchos de ellos. No me imagino los que habrá vivido mi abuela.
 Con lo que sí dan por saco de forma recurrente es con el tema de los 5 viernes, 5 sábados y 5 domingos que solo suceden cada 823 años. Solo hay que leer la explicación que dan en Malaprensa para darse cuenta rápidamente la tontería tan gorda que la gente envía sin pensar cada dos por tres. Cada año sucede esto, no es tan raro. Lo raro sería que diciembre de este año tuviera siete sábados y que fin de año terminara en martes trece. Pero lo otro pasa cada dos por tres y me llegan mails anunciándome el super evento interestelar y me quedo con cara de pasmo. Que al final les envío un almanaque de cada año y que ellos mismos busquen la verdad. Aún espero que me llegue la respuesta en plan: “¡¡Alucinante!! ¡¡En los últimos años ha habido siete meses con 5 viernes, 5 sábados y 5 domingos!! ¡Es señal de que el mundo se acaba!” Y entonces me tiraré de un puente. O lo tiro a él. Una de dos.
Esto ha sido publicado el 17-12-2012. Esta fecha no se repite NUNCA, a no ser que cambiemos de calendario. Envíalo a todos tus contactos para que estén al tanto de ello, no vaya a ser que no duerman esta noche. Y no queremos disgustos ni insomnios que bastante tenemos ya con la crisis. Si no lo reenvías no pasará nada. O te comerán los cataplines un montón de pirañas carnívoras voladoras que saldrán del plato de ducha. No lo sé muy bien. 

domingo, 16 de diciembre de 2012

Diccionario Jubilado - Español


Los jubilados nos dividimos en varios tipos. Están “los agentes de bolsa” a los que, con la excusa de “ahora que tienes tiempo”, hijos y allegados tienen de acá para allá con la bolsa, ora al Dia, ora al Lidl.
Están “los banqueros”, aquellos que adornan los bancos de los parques y plazas pero que en mis tiempos juveniles estaban en la entrada de todos los pueblos en un poyo que yo creo que hacían ex profeso para ellos, desde el que no se perdían nada de lo que pasaba.
Están “los bellos durmientes” también. Yo tengo un primo que, cuando trabajaba, se acostaba temprano pero le daban las mil y una vueltas sin dormir y oyendo “A Jose Maria Garcia”. Ahora, desde que se jubiló, se pega unas siestas de 3 horas, se toma un cafecito en la cena y luego, como un tronco, hasta las 10 de la mañana roncando.
Y después están los que, como yo, nos dedicamos a “la investigación”, es decir, nos pasamos el día investigando dónde he puesto las gafas o dónde dejé las llaves. Al final, la cosa trasciende y se transforma en investigación filosófica: ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué demonios hago en la despensa con un destornillador en la mano?
La verdad es que arrastro un despiste crónico desde hace años que con la jubilación se ha agudizado. El caos mental se convierte en caos lingüístico, de tal manera que mi hija, en un amigo invisible de esos en el que todos sabemos quién es quién, confecciono y me regaló un diccionario papa-español del que les pongo algunas muestras:
Aquello: objeto desconocido situado en un plano más o menos lejano. Suele aparecer en la frase “Alcánzame aquello”. Se descarta la posibilidad de que se trate de las gafas, que estarían englobadas dentro de la categoría de “las estas”.
Aquello de allí: los contornos del objeto se acentúan por la existencia del adverbio de lugar. “Allí” puede traducirse como cualquier lugar situado en una zona de 20 pasos a la redonda.
Aquello de allá, aquello de arriba, aquello de abajo: modificaciones topográficas del ya mencionado “aquello de allí”
Aquella cosa: última expresión de la familia de “los aquellos” que, a pesar de su pasmosa claridad, ha caído en desuso por esos caprichos que tiene la lengua.
Esto: Objeto situado en un plano más cercano, cuyo género viene siempre indicado por un artículo:
Los estos: los prismáticos, los zapatos, los cubiertos, dependiendo del contexto.
Las estas: Frecuentemente, las gafas. En menor medida, las zapatillas.
La esta: la manta, la llave.
El este: el azúcar, el cuaderno.
La esa: viene a ser un sinónimo de “la esta”, sólo que, en este caso, hay que ir a buscarlo arriba.

En fin, gracia a este diccionario algunas veces en casa nos entendemos.

¿Quien tiene amigos?

Quizas tu contestaras que si, que tienes amigos, siento defraudarle chato, yo te digo que no es cierto. Tu cree que alguno de los que cree que son sus amigos se cortaría un dedo por ti? Ya te lo contesto yo, no. Ni siquiera el meñique, que ya ves pa lo que vale. Si la contestación fuera que si, es decir que alguno de tus amigos se cortaría un dedo por ti, es que tu tiene unos amigos gilipollas, ve cambiando de amistades. Yo creo que tenemos amigos por conveniencia. Desde pequeñitos ya tenemos nuestro grupito o pandilla de amigos en el colegio, y por qué? porque sino es que eres el marginado de la clase. Vas creciendo y aprendes con tus amigos muchas cosas. Vaya que si no fuera por los amigos habría más de uno que todavía creería que los Reyes Magos traen los juguetes de Oriente, cuando no es así. Todo el mundo sabe que los Reyes Magos se van a Toys´r´us a comprarlos. Y que Papa Noel los hace él? !,venga ya!, que los compra en Carrefour (si es que los niños son más inocentes que Tamara, la Seisdedos) Bueno, pues todo esto te lo enseñan los amigos. Y tú sigues aprendiendo, cada día te enseñan algo nuevo, como por ejemplo: cómo hacer para que te echen a ti la culpa de todas las gamberradas que hacen? Ahora que yo que siempre he sido muy listo, de pequeño quería tener muchos amigos, porque en tu cumple, cuantos más amigos, más regalos, claro que cuando ya tienes que pagar tu el cumple y les invitas a cenar, lógicamente cuantos menos mejor, asi que les das la dirección del restaurante equivocada y punto. Y cuando llegas a la adolescencia, te das cuenta de que tu amiga, que siempre te había parecido un pringa te gusta. Pero Goyo, qué coño te ha pasado?, te han cambiado el cerebro? Y tú le das vueltas a la cabeza, porque claro a ver cómo se lo dices, si hace 4 días te estabas peleando con ella porque no te dejaba en paz. Bueno, tú el caso es que utilizas a una de tus amigas, de esas que os conoce a los dos de todas la vida y le gusta hacerse pasar por Celestina y la convences para que le diga a tu amiga, que te gusta.( Qué manera de complicarse¡ bueno, es que hay gente que es muy tímida) Luego resulta que a tu amiga le gusta su vecino. Mira qué gracia!! se ha pasado toda la vida detrás tuyo y ahora que te gusta, va y te dice que le gusta el vecino. Bueno, de esa ya te olvidas y cómo mejor que buscandote a otra??! Vale, pues te va a gustar la novia de tu mejor amigo, o simplemente el que crees que es tu mejor amigo por el simple hecho de que te deja ropa, etc. y tu piensas, joer, si me deja la ropa, por qué no me va a dejar la novia? y nada, se la quitas. Con el tiempo vas perdiendo relación con tus amigos del cole. Vale, no tienes ni puta idea de dónde andan. El caso es que tú te buscas otras amistades, por ejemplo tus compañeros de trabajo: Goyo me podrías sustituir unas horas, que es que el niño tiene una muela mal y tengo que llevarle al dentista. No te importa, verdad? Qué coño va a importarme? si iba a llevar a la Fulgen a comer fuera, asi me lo ahorro. Gracias Goyo, tú si que eres un buen amigo. Claro que también tienes otro tipo de amigos: Goyo estoy en un apuro, no he cobrado este mes y no tengo para pagar el alquiler, pero tú tranquilo que te lo devuelvo. Y cuando tú los necesitas desaparecen más rápido que los donetes, pa los que no comen esas cosas, que Bin Laden, o que Sadam. En fin que yo creo que a los amigos o los utilizas o te utilizan (como el anuncio: o te mueves o caducas), asi que yo opto por la primera opción.

sábado, 15 de diciembre de 2012

El tiempo es caprichoso

El problema del agua es el tema de moda estos días. Ahora dicen que es por culpa del cambio climático, que debe de ser el chaval aquel que siempre se llevaba las broncas en el colegio. Tiraban un papel a la “seño”, se giraba ésta y decía: “¿Quién ha sido?” Y todos al unísono: “¡Cambio Climático! ¡Cambio Climático!” señalándole con el dedo. El pobre estaba marginadico. Ahora de mayor le pasa igual, todo lo que pasa es culpa del cambio climático. Y sino, del calentamiento global. Más conocido como la reacción del planeta entero ante una foto de Angelina Jolie en pelota picada. Por cierto, ¿cómo es una pelota picada? ¿Una pelota con puntos negros como una manzana picada? ¿Una pelota a cachitos para echarla a los spaghettis? Dudas que tiene uno joe. La cuestión es que el tiempo hace lo que le da la santa gana pasando absolutamente de todo lo que le digamos. ¡Hasta las monjas han dejado de rezar para ello! “Shh, chicas, que con esto de la sequía se va a notar el pastel…” Ahora está de moda pedir que llueva, así pues habría que recuperar grandes canciones de la historia como Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva. Canción censurada por Renfe debido a los destrozos que provocaba con aquello de que se rompan los cristales de la estación. Dicho todo esto con cantinela por supuesto. “Desde que conseguimos hacer olvidar aquella canción hemos conseguido reducir los costes de arreglos, pero los trenes siguen yendo con retraso no os preocupéis” declaró Pepeluí Renfe, que como todos sabéis es el director general. Y si no lo es, lo mismo da. Viendo esta situación de problemas con el tiempo y sus decisiones aleatorias la gente se ha encomendado a esos poderosos señores llamados los hombres del tiempo. Después del fracaso del cálculo a ojo, o a dedo. Sí, hay gente que se chupa el dedo, lo dirige al aire, entrecierra los ojos como el que va a mirar de lejos y dice: “Va a llové” “Oh, ¿cómo lo has sabido?” “Porque están las nubes mu oscuras y me acaba de caer una gota”. Con un par, sí señor. Pues bien, como esto fracasó se crearon los hombres del tiempo que con gracia y salero nos comentan qué tiempo hará mañana. Así hay alguien a quien echarle la culpa cuando el tiempo, pasando olímpicamente de las informaciones del Picazo de turno, decide hacer que llueva cuando predicen sol y viceversa. Eso sí, en Euronews no se pillan los dedos, ponen un mapa enorme con musiquilla de fondo con solecitos y nubes. Y toma tú tus conclusiones. Aunque nos ponen el tiempo que hará en Australia que dices, ¿para qué cojones quiero saber yo qué tiempo hará en Australia? ¡Si cuando vaya a llegar allí a lo mejor ya está lloviendo! Si salgo de mi casa y cuando llego a Lepe no sé qué tiempo hará… Como para fiarte del tiempo en las antípodas. De todas formas, a todo el mundo siempre nos parece que el tiempo está ahí para fastidiarnos nuestros planes, pero como dice el refrán: Nunca llueve a gusto de todos. Pero siempre moja, leches.

Los uniformes de trabajo

Lo confieso, tengo un trauma. Tengo un trauma con los uniformes de trabajo, son seguramente diseñados por un malvado, como los que diseñan paraguas o pijamas del Lidl, los uniformes de trabajo son la cosa más fea que te puedes echar en cara. Y siempre son los de trabajos mal remunerados, que no conforme con pagarte una miseria pretenden que vayas al curro vestido con una camisa amarilla, con cuadros blanquinegros y un pantalón de tela hiperrompible para que cuando levantes una pata se te aireen los huevecillos. Eso cuando va justo, porque un pantalón de uniforme te caen como si hubieras soltado un mojón mientras caminabas. Todo hay que decirlo. No todos los trabajos te hacen vestirte así. Hay trabajos como los de oficinista en los que se lleva traje y punto. Dan sensación de ir arreglados, bien peinados, encorbatados y todo tipo de cosas buenas acabadas en ados. Pero eso sí, tienen una pequeña tara: pueden ser confundidos con mafiosos, que siempre van en traje o mucho peor, ¡con un concejal del Ayuntamiento! Para que vean lo poco que se diferencia un mafioso de un político, que ni se preocupan de cambiarse las vestimentas para que no les confundan… Al grano, como diría un adolescente mirándose al espejo. Estamos aquí para cuestionarnos por qué los uniformes de los trabajos son tan enormemente feos. Para empezar descartamos completamente la teoría de los diseñadores fracasados. Además, no es necesario ser un diseñador fracasado para hacer diseños horrorosos, los más famosos ya lo hacen. ¿Alguien no está esperando de una vez el diseño de Agatha Ruiz de la Prada para los uniformes de McDonalds? Si no fuera por los corazoncitos y las florecillas, nadie notaría la diferencia. Así pues, yo tengo dos teorías para resolver por qué los uniformes son tan horrendos. La primera es por cuestiones económicas. Y no porque sean más baratos de hacer, serían igual de baratos hacerlos bonitos porque la tela sigue siendo una mierda pinchada en un palo. Es para evitar que una vez dejes el trabajo… Te lo quedes. Sí, así con un uniforme tan feo a nadie le da por reaprovecharlo para salir al campo, o para estar por casa o para ir a una boda. Qué sé yo. Al ser tan rematadamente horribles nadie en su sano juicio guardaría eso en su armario. Porque al abrirlo te asustas. En serio. La segunda teoría es porque así es más fácil detectar al empleado en la tienda donde estés. Aunque la gente igualmente se pierde bastante. Te preguntan: “¿Trabajas aquí?” “No, me encanta llevar este traje verde caca llena de moscas porque es mi color preferido y coloco las botellas en los estantes porque me aburro en casa, ¿qué le parece?” Gente perspicaz hay en cualquier lugar. Con un uniforme chillón, con colores que no sabías ni que existían, en teoría es más fácil saber quién es el empleado y quién es el que compra. No como en algunas tiendas de ropa que las dependientas van la mar de peripuestas y no hay manera de saber quién es la que trabaja allí. Que a más de uno le ha pasado. No es tan fácil de detectar y claro, algún iluso se ha encontrado buscando ropa y de repente se le acerca una de esas chicas monas y piensa: “¡Dios! ¡He ligado! ¡He ligado! ¡Y viene hacia mí! ¡Oh, señor gracias! Creo que he tenido una erección” Y aparece la chica y le pregunta: “¿Te ayudo en algo?” Y él: “¿En bajarme los pantalones? Y ella: “No, imbécil. En elegir talla so salido. Y cálmate, que con esa erección no te vas a poder ni bajar los pantalones.” En esas tiendas también se detectan las dependientas porque es la que te mira con cara de asco cuando se te cae una percha. Infalible. Vamos, que a nadie le pone alguien con camiseta amarilla y visera. No intentes ligar nunca con uno de esos uniformes. Sin embargo, uno de policía, triunfa. Mirad sino las despedidas de soltera. También triunfan mucho los uniformes de bombero y de enfermera. ¡Pero es que no son uniformes de verdad! ¡Las enfermeras luego no van asi en los hospitales! El problema no es del uniforme es que si van con un escote que deja poco espacio a la imaginación, una falda-cinturón y unos ligueros, pues leches, por mucho que vayan de blanco y se pongan una gorrita con la Cruz Roja en la frente… ¡Eso no es un uniforme de enfermera! Que luego vas con toda la ilusión al hospital y dices, bueno, estoy malo, pero al menos me alegrarán la vista las enfermeras. ¡Y luego no es así! Van con batas anchas, inocuas, sin sex-appeal. ¡Nos están engañando, señores! En definitiva, como en todo hasta para los uniformes de trabajo también hay clases. Mientras menos cobras, más feo te vestirán.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Yo también te quiero... pero solo como amigo

Hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una tía es: "Tenemos que hablar...". Pero no, la peor frase que te pueden decir es: "yo también te quiero... pero solo como amigo". Eso significa que para ella tú eres el mas simpático del mundo, el que mejor la escucha, el más enrollado... pero que no va a salir contigo. Va a salir con un impresentable que sólo quiere acostarse con ella. Eso sí, cuando el otro le haga una putada, te llamará a ti para pedirte consejo. Es como si vas a buscar trabajo y te dicen: "Señor Goyo, es usted la persona idónea para el puesto, el que mejor vitae tiene, el más preparado... pero no le vamos contratar. Vamos a coger a un incompetente. Eso sí, cuando la cague, ¿le podríamos llamar a usted para que nos saque del lío?" Me pregunto, ¿qué he hecho mal? Hemos ido al cine, nos hemos reído, hemos pasado horas tomando café... ¿A partir de qué café nos hicimos amigos? ¿Del quinto? ¿Del sexto? Joder, eso se avisa. ¡uno menos, y ahora me estaría acostando con ella! Para ellas un amigo se rige por las mismas normas que un Tampax: puedes ir a la piscina con él, montar a caballo, bailar... Lo único que no puedes hacer con él es tener relaciones sexuales. Es que si lo piensas... Si para una tía considerarte "su amigo" consiste en arruinar tu vida sexual, ¿qué hará con sus enemigos? A mi me parece muy bien que seamos amigos, lo que no entiendo es por qué no podemos "follar como amigos". Yo creo que la amistad entre hombre y mujeres no existe, porque si existiera, se sabría. Lo que ocurre es que cuando ella te dice que te quiere sólo como amigo, para ella significa eso y punto. Pero para ti no. Para ti significa que si una noche estáis en la playa, ella se emborracha, hay luna llena, se han alineado los planetas y un meteorito amenaza la Tierra... ¡A lo mejor consigues enrollarte con ella! Por eso tragas, porque nunca pierdes la esperanza. ¿Qué se lía con Oscar? Pues ya romperá...cuando lo hace, tú atacas con la técnica de "consolador": "No llores, el Oscar ese es un chulo. Tú te mereces algo mejor, un tío que te comprenda, un tío que sepa estar ahí cuando lo necesitas... Que sea bajito, que sea castaño, que no sea muy guapo, que se llame Goyo... como yo". Al menos, siendo amigo puedes meter cizaña para eliminar competencia. Es la técnica del "gusano miserable". Cuando ella te dice: Ay, que majo es Paco, ¿verdad? ¿Paco? Es muy majo, sí... un poco bizco. No es bizco, lo que pasa es que tiene una mirada muy tierna. Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a Marta. No la miraba a ella, me miraba a mí. ¿Ves como es bizco? El colmo es que las tías consideran que tienen una relación "superespecial" con un tío cuando pueden dormir con él en la misma cama y que no pase nada. Pero bueno, ¿lo "superespecial" no sería que sí pasara algo? Un día después de una fiesta, te quedas ayudándola a recoger, como haces siempre, y cuando acabáis, ella dice: Huy, es muy tarde, ¿por qué no te quedas a dormir? ¿Y donde duermo? Pues en mi cama. A ti te tiemblan las piernas: "¡Ésta es mi noche, se han alineado los planetas!" Al rato te das cuenta de que no son precisamente los planetas los que se han alineado, porque ella, como sois amigos, con toda la confianza, se te queda en camiseta y bragas, y tú, visto lo visto piensas: "Me voy a tener que quedar en calzoncillos... con la alineación de planetas que llevo encima". Así es que te metes en la cama de un brinco y doblas las rodillas para disimular. Ella se mete, te pega el culo y te dice: "Hasta mañana". ¡Y se duerme! "Pero bueno, ¿cómo se ha podido dormir tan pronto? ¿Pero esta tía no reza ni nada?". ¡Estas acostado con la tía que te gusta! Al principio no te atreves a moverte, para no tocar nada. Sabes que si en ese momento hicieran un concurso, nadie podría ganarte: eres el tío mas caliente del mundo. ¡Y que larga se te hace la noche! Te vienen a la cabeza un montón de preguntas: "¿Tocar una teta con el hombro será de mal amigo? ¿Y si es la teta la que me toca a mí?". Pero después de muchas horas ya solo te haces una pregunta: "¿Seré realmente gilipollas?". No puedes creer que estéis en la misma cama y no vaya a pasar nada. Confías en que en cualquier momento se dé la vuelta y te diga: "Venga tonto, que ya has sufrido bastante, ¡hazme tuya!". Pero no. A las tías nunca les parece que hayas sufrido bastante. Y mira que sufres... Porque tienes toda la sangre del cuerpo acumulada en el mismo sitio. Se han dado casos de hombres que han llegado a reventar. Pero ahí no termina tu humillación. A las siete de la mañana suena el timbre de la puerta: ¡Ay, es Oscar! ¿Oscar? ¿Pero no le habías dejado? Ya te contaré, que ahora tengo prisa. Se me olvidó decirte que iba a traer su perro, porque como nos vamos a Vaqueira, yo le dije que el perro mejor que contigo no iba a estar con nadie. ¡Qué tu eres un amigo! Tienes mala cara, ¿has dormido bien? Y ahí te quedas con el perro, que ése sí que es el mejor amigo del hombre.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Grandes momentos de la nochevieja

Fin de año 1987 para el 1988. Hace muchos años ocurrió un hecho en una gala de nochevieja que nunca jamás pudo ser superado. Millones de adultos y niños estaban viendo Televisión Española de madrugada y se dispusieron a ver un video que marcaría sus vidas de ahí en adelante. Una italiana por entonces semidesconocida, llamada Sabrina Salerno, se disponía a salir con su atuendo ochentero de chupa de cuero y shorts rotos, de esos que en realidad eran tejanos normales que cortaron y desilacharon porque… Porque era la moda. Cosas de los ochenta. Debajo de esa chupa de cuero con hombreras, que parecían sacadas de una armadura de Guerreros del Espacio, llevaba un pequeño ropaje parecido a un corpiño con poca estabilidad. Empezó a cantar y a contonear su joven cuerpo y un escalofrío estremeció a todo un país antes de que las mamachicho se apoderaran de la televisión. Sabrina comenzó a saltar mientras gritaba “boys, boys, boys” y la gravedad hizo el resto. Su teta salió disparada del corpiño y media España babeó. La otra media eran las mujeres que estaban abofeteando a su marido. “¡Guarro! ¿¡Qué miras!?” Como si fuera culpa suya que la mujer hubiera sacado una teta. Los que estaban solteros en aquella época hicieron lo correspondiente: rezaron un Padre Nuestro y se flagelaron; lo típico. Y los niños notaron un cosquilleo que jamás habían sentido en la vida. Sabrina les despertó el instinto del bebé que llevaban dentro. “Mama, teta, mama, teta” Yo tenía menos años en aquella época, pero después de vacaciones era el tema principal en todos los sitios . Se siguió hablando del tema durante años, fijaros, año 2012 y la teta sigue en nuestras mentes. La pregunta es: ¿fue intencionado? Ahora todos conocemos lo de los anuncios virales en los que algo que parece casual en realidad es una mega campaña de promoción. Al fin y al cabo, después de enseñar media teta, Sabrina se hizo famosísima y vendió discos como churros. Si hubieran entrevistado a pie de calle a los compradores de los discos seguro que dirían que lo compraban por el folleto de las fotos. Más o menos como cuando las niñas de hoy en día se compran los discos de Bustamante. La masturbación también vende discos, amigos. Por todo ello, yo creo que algo intencionado sí que era. Con esa ropa y esos botes, sabiendo el volumen que tenía, ella sabía que en algún momento se le saldría. Y el público también. Nadie escuchaba la canción, la gente miraba el escote, tanto hombres como mujeres. Daba igual. Todo el mundo estaba concentrado en el corpiño blanco. Al fin y al cabo la canción no valía tres mierdas, era como la mayoría del pop comercial de los 80: caja de ritmos y estribillo pegadizo con sonido de Casio tuneado. Bazofia pura y dura. Pero todo el mundo se sabía la canción. Bueno, se la sabían a su manera: “boiiis bois booisss, aluki amredi guachimai” En España no se canta en inglés, se canta en guachimai, que mola más. Cuando volváis a visionar el video podréis apreciar cómo el público no para de silbar. Lo raro es que Sabrina no se hubiera caído al suelo al acercarse un poco al público de tanta baba que cayó al suelo. Cuando terminó la actuación tuvieron que entrar con cubos los regidores para achicar todo el líquido que había allí. Hubo un hombre que fue hospitalizado por deshidratación y un señor mayor tuvo un ataque al corazón. Sus últimas palabras fueron: “¡Joé qué tetas!” Lo pusieron en su epitafio, así pasó a la historia. De todas formas, a pesar de que para la gente que estaba de público la cosa pudo ser impactante, para la gente de casa no tenía por qué haber sido tan especial. Al fin y al cabo Pajares y Esteso ya habían hecho muchas películas y se veían tetas a troche y moche. Parecía que fuese la primera vez que en España se viese un pecho femenino. Y encima en una gala de fin de año, que ya me dirás tú quién ve eso. Hoy en día se le sale la teta a cualquier cantante cutre nueva que aparezca y la gente ni se entera. Y si se entera le dará absolutamente lo mismo. A no ser que ese alguien se llame Pantoja. Entonces hablaríamos de trauma general español. El síndrome de la gala de fin de año le llamarían. Depresiones, vómitos, apatía general… El fin de la civilización tal y como la conocemos.

Navidad austera

Este año nuestros regalos olerán raro. Seguramente si se tuviera que elegir una palabra para definir el año que estamos a punto de dejar, ésta sería austeridad. Austeridad hasta en la sopa. Para cualquier cosa. La propaganda machaca con el tema de no gastar absolutamente nada, como si de un plan maquiavélico se tratase para terminar de hundir la maltrecha economía. “Oigan, que las tiendas no venden nada, los que tengáis dinero tampoco compréis, no vaya a ser que todo se vaya a la mierda” La lógica me suliveya. Como el Gobierno actual tiene ganas de acelerar el proceso de crisis y hundirlo todo lo más pronto posible, he dispuesto una serie de consejos para no gastar en Navidad y hacerlas bien austeras. Disfrutar está feo en estos tiempos difíciles, así que apretaros los cinturones y pedid perdón por vuestros pecados. Los mayas ya lo avisaron. 1. Agrupa todas las comilonas de las Navidades en una sola. Elige el día, por ejemplo el 27 de diciembre y junta a toda tu familia. Si no cabéis todos en un piso, okupad algún piso de los bancos que nadie lo va a notar. Los demás días de fiesta tenéis que ayunar. Como el Ramadán, pero a lo bruto. 2. Nada de gambas: langostas. Pero los insectos. Al fin y al cabo también crujen como los crustáceos y tienen proteínas. El sabor no es lo mismo, ¡pero salen gratis! Sólo hay que cazarlas. 3. Los regalos de Navidad han de ser como mucho uno. Lo interesante es que no hubiera regalos y que los trajeran de verdad los Reyes Magos. Pero resulta que en la casa real mágica también hay recortes y piden comisión por cada regalo. Así que un regalo para todos. Por ejemplo: un parchís. Que tiene la oca debajo y parece dos regalos en uno. 4. Usar el geranio como árbol de Navidad. No hace falta ponerle bolas ni espumillón que está muy caro. Basta con un cartel que ponga: “Esto es el árbol de Navidad”. Y arreando. 5. Aprovechar las humedades del piso para sacar el musgo para el Belén. Las figuritas de los Reyes Magos basta con que sean un par de playmobils del niño. Para el caganer pon un Playmobil sentado y usa caca del perro para hacerlo más realista y barato. 6. Saltar la valla de una de las múltiples obras abandonadas del país, coger un par de ladrillos, echarles azúcar y ya tenemos turrón del duro. 7. En vez de 12 uvas, compráis una para cada uno y por cada campanada un mordisquito. 8. Dejar la chimenea bien cerrada. Todo el mundo sabe que Papá Noel no existe y si entra alguien por ahí puede que sea de una mafia albano-kosovar que se haya hecho fuerte en la zona. 9. Nada de iluminar el balcón con luces navideñas. Como alternativa propongo poner una vela en el balcón, soplarla y encenderla a cada segundo para hacer el efecto intermitente. A poder ser sin perder el aliento. y 10. No comprar lotería. Esperar al día siguiente, asaltar la casa de Fabra y cogerle alguno de sus múltiples números premiados. Y adiós a la crisis. Estos son mis consejos para que en estas fiestas que se acercan se gaste lo menos posible y así la economía resurgirá de sus cenizas por arte de magia. Es el mundo al revés.

El sabor de la venganza

Nunca había entendido porque las necesidades sexuales de los hombres y de las mujeres son ta tan diferentes entre si. Nunca había entendido todo eso de Marte y Venus. Y nunca había entendido porque los hombres piensan con la "cabeza" y las mujeres con el "corazón". Una noche, la semana pasada, mi mujer y yo nos íbamos a la cama. Bueno, empezamos a acariciarnos con el inevitable y picaron toqueteo mutuo. Yo ya estaba en mi punto, listo para la acción. Y es en ese preciso momento en que me dice: "Mira... ahora no tengo ganas mi amor, tan solo quiero que me abraces, si?". ( no me jodas) Yo dije: "¿QUE?" Así que me dijo las palabras mágicas: "No sabes conectarte con mis necesidades emocionales como mujer". Al final, asumí resignadamente que esa noche no iba a follar, así que me dormí como una marmota. A los pocos días fuimos de compras al Corte Ingles. Yo la miraba mientras ella se probaba dos carisimos modelítos de vestido en Zara de Serrano. Como no podía decidirse por uno u otro, le dije que se llevara los dos. Entonces, emocionadísima y motivada por mis comprensivas palabras me dijo que necesitaba unos zapatos Luise Vuitón que hicieran juego, que costaban 200 euros el par, con que le conteste que me parecía perfecto. Luego pasamos por la sección de cosmética y pidió un carísimo estuche de pinturas Loreal París Arden de primerísima línea. Bueno, me parece que rompí con todos sus esquemas mentales cuando también le dije nuevamente que si. Ella a esa altura estaba casi excitada sexualmente después de todo esto, deberían haber visto su cara!! Fue ahí cuando, con su mejor sonrisa, me dijo: "Ven mi amor, vamos a la caja a pagar". Me costó mucho aguantarme la risa cuando le dije: "No mi amor, creo que ahora no tengo ganas de comprar todo eso".De verdad, ojalá le hubieran visto su cara, se quedó pálida cuando le dije: "Tan solo quiero que me abraces". En el momento en que su impresionante cara empezó a transformarse en pura furia y odio, simplemente añadí: "¡¡¡¡ No sabes conectarte con mis necesidades financieras como hombre!!!!" Creo que no volveré a follar hasta mediados del 2013. Pero que dulce el sabor de la venganza...

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El futbol y el trabajo

Ahora que tenemos la Liga, y los Panties, me ha venido una pregunta a la mente: ¿Os habéis parado a pensar alguna vez la de cosas raras que tiene el fútbol? Yo sí, porque pensar y andar a la vez a veces me cuesta. Al final se llegan a conclusiones bastante curiosas y te cuestionas relacionarlo con ciertas situaciones habituales de la vida cotidiana. Es decir, ¿es el fútbol un trabajo normal? ¿Se puede decir que van al trabajo? Es como un actor porno: “No, yo es que cuando hago una escena es mi trabajo, ¿sabes? Yo no disfruto”. Ya claro. Lo mismo que disfruta al ir a su trabajo un camarero de cualquier bar. “¡Pero si ven el fútbol y les pagan!” Sí, será eso, los camareros también disfrutan. La mayoría de la gente piensa que los futbolistas son unos vagos y unos mercenarios porque van de un equipo a otro por dinero. Seguro que no dicen lo mismo de una persona que se cambia de la SEAT a la Renault porque le pagan más. “Será el tío chaquetero, ¡vendido! ¡Que eres un vendido! Por unos míseros euros dejas la empresa de tu vida… ¡Vergüenza te debería de dar!”. Además, son los primeros en reirle la gracia a alguien que dice: “En mi trabajo sí que me lo monto bien, yo me tiro todo el día delante del pc, sin hacer nada, jugando al buscaminas y mirando blogs y me gano el dinero, esto es vida”. Pero si un futbolista no entrena les jode. ¿Por qué? Misterios de la vida. Lo más curioso de todo es que los futbolistas no son unos vagos. En serio. Que sí, que lo digo en serio. Si sólo hay que ver sus ruedas de prensa. Poneros en situación, estáis en vuestro trabajo y un día os dice vuestro jefe: “Oye mira, este fin de semana no vengas a trabajar, te doy libre”. Y vosotros: “¡¡No!! ¡¡Yo quiero trabajar, sudar la camisa de esta empresa!!“ Y tu jefe: “¡Pero si te pago igual so animal!” Y tú: “¿Por qué Bermúdez sí y yo no eeehhh?” Total, un follón. ¿Os lo imagináis? Pues eso pasa en el fútbol, un día no te convocan para jugar y se arma un cirio de cagarse. ¡Pero si cobra igual y no trabaja! Para que luego digan que son vagos. Menos Kaka, que nunca lo he visto quejarse. Un tío con suerte, juega cuatro partidos al año y se lleva la millonada calentita. Ole ahí. Y es que cobran una pasta, y eso es lo que le jode a la gente. La envidia es muy mala, todo el mundo querría cobrar un pastón por hacer lo que te gusta. Pero en la vida real la cosa a veces no va así, hay empresarios que creen que porque un trabajo te guste te pueden pagar poco. “Total, si estás haciendo lo que te gusta, ¿qué más quieres chaval? Peor sería que fueses probador de chalecos antibalas de ganchillo, ¿no?” Sí, muchos empresarios dicen que pagan poco a los informáticos, porque total, son todos unos frikis que lo hacen por gusto. Lo que no saben es que también le harían un batido tropical con los globos oculares con un gustazo enorme. ¡Y gratis! Así que los futbolistas viven la vida padre, por esa razón no pueden ser comparables a trabajos normales. No se puede. No pueden decir que trabajan como cualquier otra persona, lo que pasa es que queda mal que ellos lo digan y dicen que es un trabajo normal. Pero hay más pruebas. Vosotros imaginaros otra situación, que os contrata la empresa Danone. ¿Haría una rueda de prensa con vosotros con una camiseta de Petit Suisse y el número 10 a la espalda? ¿Diríais que desde pequeñito siempre habíais querido ir a la Danone? “Sí, la ilusión de mi vida fue siempre trabajar en la Danone, a mí la Yoplait siempre me parecía peor, y lo voy a dar todo por los colores de esta empresa“. ¿Quién se creería esto? Pues va un tío finlandés, que nunca dirías que juegan al fútbol allí, y dice al llegar al, yo que sé, Racing de Santander, que la ilusión de su vida siempre ha sido jugar en El Sardinero. ¡Y la gente se lo traga! ¿Vosotros os imagináis que un trabajo normal fuese como el fútbol siempre? Sería la pera. Yo me imagino al reponedor saliendo del súper y en la puerta una horda de fans gritándole: “¡Bravo! ¡Qué bien pusiste la Coca-cola! Madre mía, eso es regatear y lo demás es cuento” Y pidiéndole autógrafos, echándole fotos y con grupis quinceañeras deseando que las desvirguen. También os encontraríais con los periodistas a la salida de vuestra oficina. “¿Qué? La fotocopia te ha salido algo oscura esta vez eh. Tienes que entrenar más”. Y el tío: “Sí, bueno, ¿no? La fotocopiadora es así, ¿no? Unas veces se gana y otras veces se pierde“. Para que luego digan los futbolistas que lo que hacen es un trabajo. Eso ni es un trabajo ni es ná, pero oye, lo bien que viven. Todo el mundo firmaría con ojos cerrados su “trabajo” y que no les convocaran los fines de semana. Conclusión: A la gente le gustaría ser Kaka.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Hay un virus

Los seres vivos tenemos una costumbre poco edificante que es la de ponernos enfermos. No podemos evitarlo. Hay bichitos por aquí y por allá que de repente se meten en nuestro cuerpo y de buenas a primeras estamos estornudando, tosiendo o cagándonos por la patabajo. Así, escrito todo junto, que queda más realista que diciendo patas abajo. Para esta última versión de síntomas de enfermedad, así como para los vómitos u otros problemas estomacales, la gente ha inventado un término para darle explicación que siempre me ha dejado atónito: “Es que hay un virus”. Y tan frescos. Hay un virus. Esta frase lo único que quiere decir es que hay un montón de gente a tu alrededor que está también convirtiendo la taza del water en un cuadro abstracto. Curiosamente, esta explicación es suficiente para tranquilizar a una persona que está enferma, haciendo buena la frase: Mal de muchos consuelo de diarreícos. Ya no hace falta ninguna argumentación científica, ni siquiera adivinar qué virus o bacteria es el que está provocando que la gente esté mala. Podría decirse que el virus se llama Hayunapasum y ganar ipsofacto el Nobel de Medicina. Lo mejor de todo es cuando por primera vez alguien te comenta esta dichosa frase mientras estás contándole que estás enfermo: “Mira, te cuento, es que estos días no he salido porque estaba con cagaleras…” “¿Sí? Es que hay un virus” “¿Un virus? ¿Dónde? ¿En el suelo? Si acabo de barrer“ “No, no, un virus así en general” “¿Pero cómo? ¿Un virus gigante? “Que no, que hay un virus genérico, que está haciendo que la gente se ponga mala”. “Aaah, osea que hay virus en mal estado. “Que no joder, un virus, ¡un virus! ¿Sabes? Como cuando hay un… eso, eso es lo que dicen. Un virus, que hay un virus así entre la gente, que se ponen malos” “Déjalo tío, si te has tomado un tripi y ves virus gigantes que hacen lavativas a la gente, me parece perfecto. Luego vamos a tu casa y te tomas una tilica y a dormir, ¿eh?”Es que no es tan fácil entenderlo a la primera. De todas formas, lo del término de hay un virus se utiliza sobre todo para no decir hay una epidemia que pulula por ahí. Es un sinónimo más amable. Aunque muchos lo dicen de una manera que piensan que les da un carácter científico: “Nada, es que hay un virus”. Y tú: “Hombre, gracias por la explicación, pensaba que las cagaleras me las había provocado un monociclo floreado, no te fastidia”. Pero es una explicación que cala, que sirve como respuesta básica cuando no sabes que decir. Como cuando te dicen “qué tal” contestar: “Nada, aquí…” Así que si os ponéis malos de la barriga y alguien en su lucidez os suelta eso de “es que hay un virus”, ya sabéis qué contestar: “Sí, y el fútbol es así”. Y tan anchos

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Me han regalado un perro

Hace ya unos años, unos amigos me preguntaron: “Oye, ¿qué quieres para tu cumpleaños?” “Dame una sorpresa” “No, no, dinos qué quieres, porque así es más fácil...” “Que no, hombre, dame una sorpresa...” “No, venga, dinos...” Digo “bueno, un perro...” pero como el que dice un ordenador, una tele, una videocámara... no, un perro ¡je! A la semana siguiente quedamos en un bar, veo una caja de cartón que se mueve... digo “no será un perro”. Coño, la abrí y era un perro... ¡un perro! Un cachorrito así, de un mes, haciéndome chantaje emocional. Miraba así... “el nunca lo haría” digo “bueno, pues yo tampoco, me lo quedo...” Total, que un perro, ¿y ahora qué hago yo con un perro? Pues corrí a la librería, claro, como suelo hacer, y me compré un libro titulado “Cómo adiestrar a su perro”. Digo “mira, este parece que va con el tema” Capítulo 1 – “Cómo hacer que el perro no orine en casa” Está bien, porque coincidía con lo primero que quería saber mi madre, también. Sí, así es que bueno, para esto hay varios métodos, y el más efectivo es el más cruel. Consiste en coger un periódico, enrollarlo, untarlo por la orina y atizarle al perro. A mí de pequeño, pues no me hubiera hecho gracia que mi padre, en vez de llevarme al orinal o cambiarme los pañales, me hubiera dado un bofetón con la mano llena de pis. Pero bueno, pues como no me quedaba otra alternativa, mi madre realmente tenía prisa, digo bueno, pues vale, pues le atizo con un periódico, correcto. ¿Con qué periódico? ¿Le meto con El País, o sea, flojito? O le arreo un hostiazo con el ABC... Pues oye, al final ni El País ni el ABC. Le metí con El Mundo, que no hacía falta untarlo en el pis para que oliera mal... Capítulo 2 - El perro tiene que aprender cuatro órdenes básicas en la vida de todo perro ¿no? que son “ven aquí”, “siéntate”, “dame la pata” y “échate”... en inglés. ¿Por qué? Porque así sólo te hace caso a ti y no entiende a nadie más, digo “muy bien... muy bien pensado, porque hoy en día prácticamente nadie sabe inglés...” Entonces ven aquí es “can”, que es perro en inglés... Luego está siéntate, “sit”, la pata, “the... the pat”, y túmbate que es “flor”, que no sé que coño tiene que ver pero es así, ¿no? Entonces, la primera pues es fácil, dejas al perro aquí, te pones tú como a cuatro metros, “¡eh!... can”. ¡Ahaha! (risita). Claro, el perrito es pequeño y ya encima le vienes con idiomas... Bueno, pues a la decimocuarta vez que le dije can, lo cogí por la pechera, lo arrastré por el parquet, vino sin ningún problema... Lo jodido fue luego que se sentara, que me diera la pata y que se echara sin darle una galleta después, porque el librito decía “no se le ocurra a usted darle galletas, no, el perro tiene que hacerlo porque sí, porque es su naturaleza de perro” Si, hombre, y tú te crees que los perros son gilipollas. El caso es que con paciencia ¿no? pues el perrito fue asimilando estos conceptos, incluso alguno más difícil que no venía en el libro, como “no te subas al sofá si mi madre está delante” y otro que le tocó aprender con la experiencia que es “si tu dueño llega a casa a las siete de la mañana mamao, tú no meas hasta las cinco de la tarde”. O sea, que tengo un perro, lo quiero mucho, porque el roce hace el cariño, pero vamos, no le saco ninguna utilidad. Bueno no, cuidado, una sí. Al cabo de un tiempo nos hemos dado cuenta de que un perro sirve básicamente para acabar los carretes de fotos. Oye, tienes un carrete, le quedan dos fotos... “joder, tengo que acabarlo” “hazle una foto al perro”... Así que tengo un perro, y quizás se pregunten a estas alturas, “Coño, ¿y por qué te lo quedaste?” Pues es que no lo sé. Ahora, eso sí, tengo una cosa muy clara. Si un día yo me hago famoso por atracar bancos, violar monjas,o salir en Telecinco, el perro me seguiría recibiendo igual de contento cada vez que llego a casa. .