domingo, 16 de diciembre de 2012

Diccionario Jubilado - Español


Los jubilados nos dividimos en varios tipos. Están “los agentes de bolsa” a los que, con la excusa de “ahora que tienes tiempo”, hijos y allegados tienen de acá para allá con la bolsa, ora al Dia, ora al Lidl.
Están “los banqueros”, aquellos que adornan los bancos de los parques y plazas pero que en mis tiempos juveniles estaban en la entrada de todos los pueblos en un poyo que yo creo que hacían ex profeso para ellos, desde el que no se perdían nada de lo que pasaba.
Están “los bellos durmientes” también. Yo tengo un primo que, cuando trabajaba, se acostaba temprano pero le daban las mil y una vueltas sin dormir y oyendo “A Jose Maria Garcia”. Ahora, desde que se jubiló, se pega unas siestas de 3 horas, se toma un cafecito en la cena y luego, como un tronco, hasta las 10 de la mañana roncando.
Y después están los que, como yo, nos dedicamos a “la investigación”, es decir, nos pasamos el día investigando dónde he puesto las gafas o dónde dejé las llaves. Al final, la cosa trasciende y se transforma en investigación filosófica: ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué demonios hago en la despensa con un destornillador en la mano?
La verdad es que arrastro un despiste crónico desde hace años que con la jubilación se ha agudizado. El caos mental se convierte en caos lingüístico, de tal manera que mi hija, en un amigo invisible de esos en el que todos sabemos quién es quién, confecciono y me regaló un diccionario papa-español del que les pongo algunas muestras:
Aquello: objeto desconocido situado en un plano más o menos lejano. Suele aparecer en la frase “Alcánzame aquello”. Se descarta la posibilidad de que se trate de las gafas, que estarían englobadas dentro de la categoría de “las estas”.
Aquello de allí: los contornos del objeto se acentúan por la existencia del adverbio de lugar. “Allí” puede traducirse como cualquier lugar situado en una zona de 20 pasos a la redonda.
Aquello de allá, aquello de arriba, aquello de abajo: modificaciones topográficas del ya mencionado “aquello de allí”
Aquella cosa: última expresión de la familia de “los aquellos” que, a pesar de su pasmosa claridad, ha caído en desuso por esos caprichos que tiene la lengua.
Esto: Objeto situado en un plano más cercano, cuyo género viene siempre indicado por un artículo:
Los estos: los prismáticos, los zapatos, los cubiertos, dependiendo del contexto.
Las estas: Frecuentemente, las gafas. En menor medida, las zapatillas.
La esta: la manta, la llave.
El este: el azúcar, el cuaderno.
La esa: viene a ser un sinónimo de “la esta”, sólo que, en este caso, hay que ir a buscarlo arriba.

En fin, gracia a este diccionario algunas veces en casa nos entendemos.

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